Cuando el niño pasa gran parte del tiempo de la noche inquieto, sacudiéndose en la cama, es porque se mantiene por mucho tiempo en sueño superficial. Cuanto mayor es el niño menos sueño superficial ha de presentar, poco a poco se acerca al ritmo del sueño del adulto, pasando más tiempo en sueño profundo que en el superficial.
Algo le está pasando al niño grande que pasa mucho tiempo en sueño superficial, tiene un sueño muy inquieto, esto no es lo habitual en ellos. La primera razón por la que estos niños grandes pasan las noches inquietos son las situaciones que sacuden su esfera mental. Para algunos niños, situaciones nuevas a nivel escolar son estremecedoras, a tal punto de desquebrajar el equilibrio vital en el que habitualmente se desenvuelven. Eventos tan normales como el cambio de la maestra, o el amiguito que enfermo y deja de ir a clases por una semana, pueden ser la causa subyacente de un mal dormir.
La gran mayoría de las veces, el niño equilibrado pronto empezara a dormir bien, se les debe dar la oportunidad de resolver sus conflictos por cuenta propia. El niño debe crecer enfrentando y resolviendo sus pequeños conflictos y problemas. Vigile que la situación no afecte otras áreas del comportamiento. Si persiste el mal dormir, se debe intentar determinar que es los que está pasando.
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Mi hijo toda la noche hace un ruido espantoso con los dientes, parece que se le van a romper.
El bruxismo es el traqueteo de los dientes durante el día o durante la noche. Se asocia de manera folclórica con la posibilidad de que el muchacho este invadido de parásitos. Creencia que se traslada a nuestros tiempos, de las madres que vivían con sus muchachos en el campo y observaban la migración de algunas lombrices hacia la boca del niño para su posterior expulsión, espectáculo que se acompañaba, claro está, de un infernal traqueteo dental. El rechinar de los dientes se puede observar en un altísimo porcentaje de niños. Estudios señalan que un 30 a 35% de los niños lo presentan.
Por regla general los niños lo presentan con mayor frecuencia antes del inicio de la muda de los dientes de leche. Se pudiese suponer que es alguna forma de preparación automática para que se aflojen los primeros dientes, se caigan y den paso a los dientes definitivos. No deja de sorprender, que en muchos niños luego de la caída de los primeros dientes desaparezca el rechinar.
Muchas veces, los padres consultan por que el niño se queja de dolor de oído o de cabeza, al examinar al niño no encontramos nada en el examen físico ni en los estudios complementarios. La génesis del problema puede encontrarse en un rechinar de dientes, que se a echo costumbre en el transitar nocturno familiar. En todo dolor de oído o de cabeza recidivante, debemos tener presente el bruxismo como posible causa subyacente.
En todo niño, que súbitamente comienza a rechinar los dientes, existe la posibilidad de que alguna situación lo esté desajustando psicológicamente. La ansiedad al enfrentar un contexto nuevo en la escuela, la familia o en la cotidianidad de su existir, puede expresarse durante las horas nocturnas en un intenso y frenético rechinar de los dientes, el que posteriormente se refleja en dolor de cabeza, dolor en el cuello, dolor de espalda, cansancio físico por el mal dormir, mayor irritabilidad, y en consecuencia mayor ansiedad durante el día.
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Mi hijo de 4 años fue operado de adenoides a los dos años de edad. Desde hace 6 meses está roncando otra vez.
Los padres deben conocer que una gran cantidad de los niños presentan problemas de adenoides durante los primeros años de la vida son además niños alérgicos. Muchos de estos niños, empiezan a dar manifestaciones leves de enfermedad alérgica mucho antes de ser operados de las adenoides. La extracción quirúrgica de las adenoides se realiza cuando la obstrucción al paso del aire es muy grande. El niño, al tener el tejido adenoideo muy grande respira mal, por lo que se ve obligado a llevar todo el aire que respira a través de la boca, intentando compensar el flujo de aire cuyo paso no se puede dar a través de la nariz, entonces respiran con la boca abierta.
Las alergias que acompañan a un grupo muy grande de estos niños, si no son tratadas adecuada y responsablemente luego de ser operados, hacen que el martirio pueda volver a presentarse dos o tres años después. Aunque la intervención del cirujano con sus hábiles manos haya sido un éxito, algunas veces, al pasar del tiempo el niño vuelve a respirar mal y ha roncar durante la noche. La intensidad del ronquido y la sensación de malestar nunca serán tan intensas como al principio, pero algunos niños deben ser intervenidos quirúrgicamente en una segunda oportunidad.
Las alergias que acompañan a un grupo muy grande de estos niños, si no son tratadas adecuada y responsablemente luego de ser operados, hacen que el martirio pueda volver a presentarse dos o tres años después. Aunque la intervención del cirujano con sus hábiles manos haya sido un éxito, algunas veces, al pasar del tiempo el niño vuelve a respirar mal y ha roncar durante la noche. La intensidad del ronquido y la sensación de malestar nunca serán tan intensas como al principio, pero algunos niños deben ser intervenidos quirúrgicamente en una segunda oportunidad.
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Mi hijo no duerme en el día. En la noche le cuesta mucho conciliar el sueño. Cuando logra dormirse está muy inquieto e irritable.
El niño de esta edad debe dormir entre 10 y 12 horas en el trascurso de las 24 horas del dìa. Si el niño tiene que despertarse a las 6 de la mañana para poder asistir a clases, obligatoriamente debe acostarse en su cama, con la luz apagada y listo para dormir a las 8 de la noche. Si el niño no descansa y no duerme en la tarde, los padres tendrán que ser muy estrictos en el cumplimiento de la hora en que su hijo debe acostarse.
La presión por cumplir las estrictas normas establecidas por el colegio. El ritmo matinal impuesto por los padres para llevar al niño al colegio y luego llegar temprano a sus trabajos van saturando de ansiedad y agitan el andar y el coexistir familiar. El traqueteo diario, hecho costumbre, complica el fiel cumplimiento del número de horas que el niño debe dormir para recuperar fuerzas, energía y paz mental.
Los padres deben contabilizar el número de horas que su hijo duerme en el día. Si el niño duerme menos de 10 horas, es necesario que ajusten los horarios y el numero de horas que se están dedicando a otras actividades paralelas al colegio. Sacrificar horas de actividad extras académicas en función de conseguir mayor número de horas de descanso brindarán mayores recursos físicos y mentales para que el niño obtenga mejores resultados académicos. Al obtener el número de horas que debe dormir diariamente los padres observarán rápidamente como duermen más tranquilos, con menos despertares nocturnos, pesadillas e inclusive menos terrores nocturnos.
Los padres deben contabilizar el número de horas que su hijo duerme en el día. Si el niño duerme menos de 10 horas, es necesario que ajusten los horarios y el numero de horas que se están dedicando a otras actividades paralelas al colegio. Sacrificar horas de actividad extras académicas en función de conseguir mayor número de horas de descanso brindarán mayores recursos físicos y mentales para que el niño obtenga mejores resultados académicos. Al obtener el número de horas que debe dormir diariamente los padres observarán rápidamente como duermen más tranquilos, con menos despertares nocturnos, pesadillas e inclusive menos terrores nocturnos.
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Mi hijo dormía muy bien, desde hace algún tiempo se despierta dando gritos y sudoroso. Al día siguiente no se recuerda de nada de lo que paso en la noche.
Hay dos tipos de situaciones que se presentan durante la noche que debemos diferenciar muy bien una de la otra; las pesadillas y los terrores nocturnos. Una de las grandes diferencias entre ellas, es que en la primera el niño recuerda lo que le sucedió, en la segunda no recuerda absolutamente nada de lo acontecido. Ambos hechos son considerados normales, siempre que no se presenten con gran frecuencia, ni afecten la calidad del buen dormir, ni generen un grado de ansiedad tan grande en el niño que llegue a afectar sus actividades del día a día.
El niño que comienza repentinamente a tener terrores nocturnos una, dos, y tres veces en la noche, sacudiendo la paz y la tranquilidad familiar todas las noches, seguro está enfrentando alguna situación que le genera gran ansiedad y angustia. Sea cual fuere la circunstancia que le crea ansiedad, no la controla ni la enfrenta correctamente, lo que golpea aun más su existir.
Al niño presentar la crisis se les debe abrazar y tranquilizar. No se les debe presionar para que recuerden. Hay que ayudarlos para que vuelvan a dormir. Los padres deben acompañarles y dar seguridad. Que no les quede la menor duda de que sus padres están allí para ayudarles y apoyarles.
El niño que comienza repentinamente a tener terrores nocturnos una, dos, y tres veces en la noche, sacudiendo la paz y la tranquilidad familiar todas las noches, seguro está enfrentando alguna situación que le genera gran ansiedad y angustia. Sea cual fuere la circunstancia que le crea ansiedad, no la controla ni la enfrenta correctamente, lo que golpea aun más su existir.
Al niño presentar la crisis se les debe abrazar y tranquilizar. No se les debe presionar para que recuerden. Hay que ayudarlos para que vuelvan a dormir. Los padres deben acompañarles y dar seguridad. Que no les quede la menor duda de que sus padres están allí para ayudarles y apoyarles.
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Mi hijo no quiere dormir solo en su habitación.
En general es raro que el niño entre los siete y los nueve años quiera que sus padres lo acompañen en su cuarto para dormir. Ellos empiezan a preferir su propio espacio, sus cosas, su lugar donde accionar libremente. Solo en circunstancias muy especiales, a esta edad, solicitan que sus padres los acompañen en el cuarto para dormir o quieran dormir con ellos. prefieren estar con los padres que solos cuando enferman, al enfrentar situaciones de ansiedad, al sentir frio, al enfrentar situaciones nuevas que no controlan. Pero en general prefieren estar en su cuarto rodeados de se su mundo mágico y maravilloso. de solicitar que los padres lo acompañen, será por muy corto tiempo.
A los 7 años, el niño que duerme con los padres es porque se lo siguen permitiendo, de alguna manera lo fomentan y lo aceptan. Se ha demostrado que este tipo de proceder, común en muchas culturas, no desestabiliza psicológicamente al niño. Igualmente se ha demostrado, que fomentar la independencia del niño desde temprano en la vida, fomenta un orden mental mucho mejor estructurado para enfrentar con gallardía, confianza, y convicción la vida. Lo que hace de ellos, unos adultos felices e integralmente exitosos. Los padres deben administrar bien la dosis de independencia que van dando a sus hijos. Los padres deben aprender a llevar las riendas del bravío corcel, aprendiendo a soltar para dar independencia y a tensar para colocar límites.
A los 7 años, el niño que duerme con los padres es porque se lo siguen permitiendo, de alguna manera lo fomentan y lo aceptan. Se ha demostrado que este tipo de proceder, común en muchas culturas, no desestabiliza psicológicamente al niño. Igualmente se ha demostrado, que fomentar la independencia del niño desde temprano en la vida, fomenta un orden mental mucho mejor estructurado para enfrentar con gallardía, confianza, y convicción la vida. Lo que hace de ellos, unos adultos felices e integralmente exitosos. Los padres deben administrar bien la dosis de independencia que van dando a sus hijos. Los padres deben aprender a llevar las riendas del bravío corcel, aprendiendo a soltar para dar independencia y a tensar para colocar límites.
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Mi hijo no quiere dormir por que tiene pesadillas. ¿ Que puedo hacer?
El miedo como respuesta a una terrible y espantosa pesadilla es normal. El niño siente miedo de volver a enfrentar el terrible relato que acaba de representar en su mente. No quiere volver a dormir, le atormenta la aterradora posibilidad de que al quedarse dormido la pesadilla vuelva.
El miedo es una respuesta normal que nos alerta y nos coloca en actitud defensiva frente a un hecho potencialmente nocivo. Evaluar la situación que nos aturde en su justa dimensión no es tarea fácil. con facilidad se mezcla lo racional con lo emocional y se desquebraja todo equilibrio mental. Aprovechar toda crisis a favor del fortalecimiento del autocontrol se vuelve una tarea apasionante que permite a los padres elaborar en sus hijos estructuras mentales superiores con las que puedan enfrentar con una actitud positiva cada nueva situación que se vaya presentando. No sentir miedo puede ser tan malo, o quizás hasta peor, que el sentir mucho miedo frente a situaciones efímeras.
Los padres deben permitirle a sus hijos tener miedo, no criticarles ni burlarse por ello. El niño debe aprender a administrar el miedo al permitir que este aflore en la justa medida de la dimensión del problema a enfrentar. Una justa dosis de miedo les impulsa para poder superar problemas. Una dosis exagerada de miedo los bloquea. Los padres deben aprender a controlar sus propios miedos, los niños absorben sin que los padres emitan palabra alguna sus temores haciéndolos propios.
En las pesadillas que tienen un relato e imágenes oníricas que se repiten con igual fuerza y contenido, existe la posibilidad de que estemos frente a un ataque epiléptico y es motivo para referir al niño con el neuropediatra.
El miedo es una respuesta normal que nos alerta y nos coloca en actitud defensiva frente a un hecho potencialmente nocivo. Evaluar la situación que nos aturde en su justa dimensión no es tarea fácil. con facilidad se mezcla lo racional con lo emocional y se desquebraja todo equilibrio mental. Aprovechar toda crisis a favor del fortalecimiento del autocontrol se vuelve una tarea apasionante que permite a los padres elaborar en sus hijos estructuras mentales superiores con las que puedan enfrentar con una actitud positiva cada nueva situación que se vaya presentando. No sentir miedo puede ser tan malo, o quizás hasta peor, que el sentir mucho miedo frente a situaciones efímeras.
Los padres deben permitirle a sus hijos tener miedo, no criticarles ni burlarse por ello. El niño debe aprender a administrar el miedo al permitir que este aflore en la justa medida de la dimensión del problema a enfrentar. Una justa dosis de miedo les impulsa para poder superar problemas. Una dosis exagerada de miedo los bloquea. Los padres deben aprender a controlar sus propios miedos, los niños absorben sin que los padres emitan palabra alguna sus temores haciéndolos propios.
En las pesadillas que tienen un relato e imágenes oníricas que se repiten con igual fuerza y contenido, existe la posibilidad de que estemos frente a un ataque epiléptico y es motivo para referir al niño con el neuropediatra.
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Mi hijo de seis años se sigue haciendo pipí en la cama todas las noches.
El control de la micción nocturna depende de un sistema de control fisiológico que solo empieza a operar correctamente después de alcanzado un grado de maduración anatomo-fisiológico determinado, por lo general este grado de maduración se alcanza después de los seis años de edad y está profundamente influenciado por normas y pautas culturales.
Orinarse en la cama es un patrón de conducta que los padres consideran normal hasta determinada edad, después de la cual esperan el niño deje de presentar este tipo de accidente nocturno. Los padres anhelan que el niño deje de mojar la cama alrededor de los tres años de edad, sin embargo, es hasta los seis años cuando la gran mayoría de los niños lo habrán conseguido, algunos niños pueden seguir presentando eventos de mojar la cama ocasionalmente hasta los quince años de edad.
En todo niño que ha permanecido seis o más meses sin orinarse en la cama y empieza a mojar la cama se debe tener presente las siguientes posibilidades: inicio de diabetes mellitus, trastornos emocionales, pérdida de la capacidad de concentrar la orina, infecciones del tracto urinario, ingesta excesiva de agua, abuso sexual. Si la pérdida de control urinario nocturno también se extiende al día es muy importante tener presente la posibilidad del inicio de algún problema conductual severo, infecciones del tracto urinario recurrentes, espina bífida, tumores que compriman médula espinal, vejiga neurògena o inestable.
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Mi hijo de nueve años se hace pipí en la cama ocasionalmente.
Hasta un diez por ciento de los niños a esta edad pueden orinarse en la cama ocasionalmente todavía. Esto es más frecuente en niños varones que en las hembras. Si el niño tenía más de seis meses sin orinarse en la cama y empieza súbitamente y con frecuencia a orinarse todas las noches hay que estar alertas e investigar que es lo que pudiese estar pasando. En los problemas que se presentan en la escuela, el hogar o el círculo de amigos cercanos pudiese estar la génesis de la situación que se está presentando. Los padres deben en primera instancia, indagar si alguna situación irregular que genera angustia y ansiedad en el niño se pudiese estar presentando. El fracaso escolar, la disfunción o ruptura familiar, la hiperactividad, los diversos trastornos del sueño, la imposición de metas académicas y deportivas imposibles de alcanzar suelen ser las causas más frecuentes vinculadas a esta situación.
En todo muchacho que controlaba sus esfínteres bien y súbitamente empiece a orinarse en la cama, el gran temor es que todo esto pueda ser el inicio de una diabetes mellitus o el signo insipiente de un tumor que empieza a comprimir la médula espinal a nivel lumbar . Hay que estar muy alertas con ello, sin necesidad de alarmar o angustiar a los padres.
En todo muchacho que controlaba sus esfínteres bien y súbitamente empiece a orinarse en la cama, el gran temor es que todo esto pueda ser el inicio de una diabetes mellitus o el signo insipiente de un tumor que empieza a comprimir la médula espinal a nivel lumbar . Hay que estar muy alertas con ello, sin necesidad de alarmar o angustiar a los padres.
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Nuestro hijo se duerme en su cuarto, pero todas las noches se pasa al nuestro ¿ Que podemos hacer?
A esta edad, en general, los niños prefieren dormir solos en su cuarto. Si un niño se pasa durante la noche a la cama de sus padres y se resiste con rabiosos argumentos a volver a su cuarto para dormir, es muy probable, que más que el deseo de contacto y afecto que los padres le puedan dar, el debe estar buscando seguridad.
Muchos niños, esconden sus temores ocultándolos detrás de falsos argumentos como; " en mi cuarto hace frío", " mi cama me queda muy pequeña". El miedo a la noche, la oscuridad, y al recuerdo de espantosas pesadillas es normal y puede ser tan fuerte que se extienda a la vida adulta. En la escuela, los temores en relación a la noche, la oscuridad y las propias fantasías
que el niño siente, pueden estar siendo exacerbados por cuentos e historias que escuchan de otros niños, esto hace que al llegar a la casa, en la soledad de su cuarto, el niño empiece a recordar el popurrí de historias que en la escuela escucho y salga como un petardo disparado a buscar el resguardo entre las sabanas de los padres.
Muchos niños, esconden sus temores ocultándolos detrás de falsos argumentos como; " en mi cuarto hace frío", " mi cama me queda muy pequeña". El miedo a la noche, la oscuridad, y al recuerdo de espantosas pesadillas es normal y puede ser tan fuerte que se extienda a la vida adulta. En la escuela, los temores en relación a la noche, la oscuridad y las propias fantasías
que el niño siente, pueden estar siendo exacerbados por cuentos e historias que escuchan de otros niños, esto hace que al llegar a la casa, en la soledad de su cuarto, el niño empiece a recordar el popurrí de historias que en la escuela escucho y salga como un petardo disparado a buscar el resguardo entre las sabanas de los padres.
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