lunes, 8 de julio de 2013

PREGUNTAS FRECUENTES DE LOS 6 A LOS 10 AÑOS DE EDAD

Mi hijo de seis años pasa toda la noche muy inquieto.

Cuando el niño pasa gran parte del tiempo de la noche inquieto, sacudiéndose en la cama, es porque se mantiene por mucho tiempo en sueño superficial. Cuanto mayor es el niño menos sueño superficial ha de presentar, poco a poco se acerca al ritmo del sueño del adulto, pasando más tiempo en sueño profundo que en el superficial.
 
Algo le está pasando al niño grande que pasa mucho tiempo en sueño superficial, tiene un sueño muy inquieto, esto no es lo habitual en ellos. La primera razón por la que estos niños grandes pasan las noches inquietos son las situaciones que sacuden su esfera mental. Para algunos niños, situaciones nuevas a nivel escolar son estremecedoras, a tal punto de desquebrajar el equilibrio vital en el que habitualmente se desenvuelven. Eventos tan normales como el cambio de la maestra, o el amiguito que enfermo y deja de ir a clases por una semana, pueden ser la causa subyacente de un mal dormir.
 
La gran mayoría de las veces, el niño equilibrado pronto empezara a dormir bien, se les debe dar la oportunidad de resolver sus conflictos por cuenta propia. El niño debe crecer enfrentando y resolviendo sus pequeños conflictos y problemas. Vigile que la situación no afecte otras áreas del comportamiento. Si persiste el mal dormir, se debe intentar determinar que es los que está pasando.

 
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Mi hijo toda la noche hace un ruido espantoso con los dientes, parece que se le van a romper.

 
El bruxismo es el traqueteo de los dientes durante el día o durante la noche. Se asocia de manera folclórica con la posibilidad de que el muchacho este invadido de parásitos. Creencia que se traslada a nuestros tiempos, de las madres que vivían con sus muchachos en el campo y observaban la migración de algunas lombrices hacia la boca del niño para su posterior expulsión, espectáculo que se acompañaba, claro está, de un infernal traqueteo dental. El rechinar de los dientes se puede observar en un altísimo porcentaje de niños. Estudios señalan que un 30 a 35% de los niños lo presentan.
 
Por regla general los niños lo presentan con mayor frecuencia antes del inicio de la muda de los dientes de leche. Se pudiese suponer que es alguna forma de preparación automática para que se aflojen los primeros dientes, se caigan y den paso a los dientes definitivos. No deja de sorprender, que en muchos niños luego de la caída de los primeros dientes desaparezca el rechinar.
 
Muchas veces, los padres consultan por que el niño se queja de dolor de oído o de cabeza, al examinar al niño no encontramos nada en el examen físico ni en los estudios complementarios. La génesis del problema puede encontrarse en un rechinar de dientes, que se a echo costumbre en el transitar nocturno familiar. En todo dolor de oído o de cabeza recidivante, debemos tener presente el bruxismo como posible causa subyacente.
 
En todo niño, que súbitamente comienza a rechinar los dientes, existe la posibilidad de que alguna situación lo esté desajustando psicológicamente. La ansiedad al enfrentar un contexto nuevo en la escuela, la familia o en la cotidianidad de su existir, puede expresarse durante las horas nocturnas en un intenso y frenético rechinar de los dientes, el que posteriormente se refleja en dolor de cabeza, dolor en el cuello, dolor de espalda, cansancio físico por el mal dormir, mayor irritabilidad, y en consecuencia mayor ansiedad durante el día.
 


 
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Mi hijo de 4 años fue operado de adenoides a los dos años de edad. Desde hace 6 meses está roncando otra vez.

 
Los padres deben conocer que una gran cantidad de los niños presentan problemas de adenoides durante los primeros años de la vida son además niños alérgicos. Muchos de estos niños, empiezan a dar manifestaciones leves de enfermedad alérgica mucho antes de ser operados de las adenoides. La extracción quirúrgica de las adenoides se realiza cuando la obstrucción al paso del aire es muy grande. El niño, al tener el tejido adenoideo muy grande respira mal, por lo que se ve obligado a llevar todo el aire que respira a través de la boca, intentando compensar el flujo de aire cuyo paso no se puede dar a través de la nariz, entonces respiran con la boca abierta.

Las alergias que acompañan a un grupo muy grande de estos niños, si no son tratadas adecuada y responsablemente luego de ser operados, hacen que el martirio pueda volver a presentarse dos o tres años después. Aunque la intervención del cirujano con sus hábiles manos haya sido un éxito, algunas veces, al pasar del tiempo el niño vuelve a respirar mal y ha roncar durante la noche. La intensidad del ronquido y la sensación de malestar nunca serán tan intensas como al principio, pero algunos niños deben ser intervenidos quirúrgicamente  en una segunda oportunidad.



 
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Mi hijo no duerme en el día. En la noche le cuesta mucho conciliar el sueño. Cuando logra dormirse está muy inquieto e irritable.

 
El niño de esta edad debe dormir entre 10 y 12 horas en el trascurso de las 24 horas del dìa. Si el niño tiene que despertarse a las 6 de la mañana para poder asistir a clases, obligatoriamente debe acostarse en su cama, con la luz apagada y listo para dormir a las 8 de la noche. Si el niño no descansa y no duerme en la tarde, los padres tendrán que ser muy estrictos en el cumplimiento de la hora en que su hijo debe acostarse.
 
La presión por cumplir las estrictas normas establecidas por el colegio. El ritmo matinal impuesto por los padres para llevar al niño al colegio y luego llegar temprano a sus trabajos van saturando de ansiedad y agitan el andar y el coexistir familiar. El traqueteo diario, hecho costumbre, complica el fiel cumplimiento del número de horas que el niño debe dormir para recuperar fuerzas, energía y paz mental.

Los padres deben contabilizar el número de horas que su hijo duerme en el día. Si el niño duerme menos de 10 horas, es necesario que ajusten los horarios y el numero de horas que se están dedicando a otras actividades paralelas al colegio. Sacrificar horas de actividad extras académicas en función de conseguir mayor número de horas de descanso brindarán mayores recursos físicos y mentales para que el niño obtenga mejores resultados académicos. Al obtener el número de horas que debe dormir diariamente los padres observarán rápidamente como duermen más tranquilos, con menos despertares nocturnos, pesadillas e inclusive menos terrores nocturnos.

 
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Mi hijo dormía muy bien, desde hace algún tiempo se despierta dando gritos y sudoroso. Al día siguiente no se recuerda de nada de lo que paso en la noche.

 
Hay dos tipos de situaciones  que se presentan durante la noche que debemos diferenciar muy bien una de la otra; las pesadillas y los terrores nocturnos. Una de las grandes diferencias entre ellas, es que en la primera el niño recuerda lo que le sucedió, en la segunda no recuerda absolutamente nada de lo acontecido. Ambos hechos son considerados normales, siempre que no se presenten con gran frecuencia, ni afecten la calidad del buen dormir, ni generen un grado de ansiedad tan grande en el niño que llegue a afectar sus actividades del día a día.


El niño que comienza repentinamente a tener terrores nocturnos una, dos, y tres veces en la noche, sacudiendo la paz y la tranquilidad familiar todas las noches, seguro está enfrentando alguna situación que le genera gran ansiedad y angustia. Sea cual fuere la circunstancia que le crea ansiedad, no la controla ni la enfrenta correctamente, lo que golpea aun más su existir.

Al niño presentar la crisis se les debe abrazar y tranquilizar. No se les debe presionar para que recuerden. Hay que ayudarlos para que vuelvan a dormir. Los padres deben acompañarles y dar seguridad. Que no les quede la menor duda de que sus padres están allí para ayudarles y apoyarles.


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Mi hijo no quiere dormir solo en su habitación.

 
En general es raro que el niño entre los siete y los nueve años quiera que sus padres lo acompañen en su cuarto para dormir. Ellos empiezan a preferir su propio espacio, sus cosas, su lugar donde accionar libremente. Solo en circunstancias muy especiales, a esta edad, solicitan que sus padres los acompañen en el cuarto para dormir o quieran dormir con ellos. prefieren estar con los padres que solos cuando enferman, al enfrentar situaciones de ansiedad, al sentir frio, al enfrentar situaciones nuevas que no controlan. Pero en general prefieren estar en su cuarto rodeados de se su mundo mágico y maravilloso. de solicitar que los  padres lo acompañen, será por muy corto tiempo.


A los 7 años, el niño que duerme con los padres es porque se lo siguen permitiendo, de alguna manera lo fomentan y lo aceptan. Se ha demostrado que este tipo de proceder, común en muchas culturas, no desestabiliza psicológicamente al niño. Igualmente se ha demostrado, que fomentar la independencia del niño desde temprano en la vida, fomenta un orden mental mucho mejor estructurado para enfrentar con gallardía, confianza, y convicción la vida. Lo que hace de ellos, unos adultos felices e integralmente exitosos. Los padres deben administrar bien la dosis de independencia que van dando a sus hijos. Los padres deben aprender a llevar las riendas del bravío corcel, aprendiendo a soltar para dar independencia y a tensar para colocar límites.

 


 
 
 
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Mi hijo no quiere dormir por que tiene pesadillas. ¿ Que puedo hacer?

 
El miedo como respuesta a una terrible y espantosa pesadilla es normal. El niño siente miedo de volver a enfrentar el terrible relato que acaba de representar en su mente. No quiere volver a dormir, le atormenta la aterradora posibilidad de que al quedarse dormido la pesadilla vuelva.

El miedo es una respuesta normal que nos alerta y nos coloca en actitud defensiva frente a un hecho potencialmente nocivo. Evaluar la situación que nos aturde en su justa dimensión no es tarea fácil. con facilidad se mezcla lo racional con lo emocional y se desquebraja todo equilibrio mental. Aprovechar toda crisis a favor del fortalecimiento del autocontrol se vuelve una tarea apasionante que permite a los padres elaborar en sus hijos estructuras mentales superiores con las que puedan enfrentar con una actitud positiva cada nueva situación que se vaya presentando. No sentir miedo puede ser tan malo, o quizás hasta peor, que el sentir mucho miedo frente a situaciones efímeras.

Los padres deben permitirle a sus hijos tener miedo, no criticarles ni burlarse por ello. El niño debe aprender a administrar el miedo al permitir que este aflore en la justa medida de la dimensión del problema a enfrentar. Una justa dosis de miedo les impulsa para poder superar problemas. Una dosis exagerada de miedo los bloquea. Los padres deben aprender a controlar sus propios miedos, los niños absorben sin que los padres emitan palabra alguna sus temores haciéndolos propios.

En las pesadillas que tienen un relato e imágenes oníricas que se repiten con igual fuerza y contenido, existe la posibilidad de que estemos frente a un ataque epiléptico y es motivo para referir al niño con el neuropediatra.

 


 
 
 
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Mi hijo de seis años se sigue haciendo pipí en la cama todas las noches.

 
El control de la micción nocturna depende de un sistema de control fisiológico que solo empieza a operar correctamente después de alcanzado un grado de maduración anatomo-fisiológico determinado, por lo general este grado de maduración se alcanza después de los seis años de edad y está profundamente influenciado por normas y pautas culturales.
 
Orinarse en la cama es un patrón de conducta que los padres consideran normal hasta determinada edad, después de la cual esperan el niño deje de presentar este tipo de accidente nocturno. Los padres anhelan que el niño deje de mojar la cama alrededor de los tres años de edad, sin embargo, es hasta los seis años cuando la gran mayoría de los niños lo habrán conseguido, algunos niños pueden seguir presentando eventos de mojar la cama ocasionalmente hasta los quince años de edad.
 
En todo niño que ha permanecido seis o más meses sin orinarse en la cama y empieza a mojar la cama se debe tener presente las siguientes posibilidades: inicio de diabetes mellitus, trastornos emocionales, pérdida de la capacidad de concentrar la orina, infecciones del tracto urinario, ingesta excesiva de agua, abuso sexual. Si la pérdida de control urinario nocturno también se extiende al día es muy importante tener presente la posibilidad del inicio de algún problema conductual severo, infecciones del tracto urinario recurrentes, espina bífida, tumores que compriman médula espinal, vejiga neurògena o inestable.

 
 
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Mi hijo de nueve años se hace pipí en la cama ocasionalmente.

 
Hasta un diez por ciento de los niños a esta edad pueden orinarse en la cama ocasionalmente todavía. Esto es más frecuente en niños varones que en las hembras. Si el niño tenía más de seis meses sin orinarse en la cama y empieza súbitamente y con frecuencia a orinarse todas las noches hay que estar alertas e investigar que es lo que pudiese estar pasando. En los problemas que se presentan en la escuela, el hogar o el círculo de amigos cercanos pudiese estar la génesis de la situación que se está presentando. Los padres deben en primera instancia, indagar si alguna situación irregular que genera angustia y ansiedad en el niño se pudiese estar presentando. El fracaso escolar, la disfunción o ruptura familiar, la hiperactividad, los diversos trastornos del sueño, la imposición de metas académicas y deportivas imposibles de alcanzar suelen ser las causas más frecuentes vinculadas a esta situación.

En todo muchacho que controlaba sus esfínteres bien y súbitamente empiece a orinarse en la cama, el gran temor es que todo esto pueda ser el inicio de una diabetes mellitus o el signo insipiente de un tumor que empieza a comprimir la médula espinal a nivel lumbar . Hay que estar muy alertas con ello, sin necesidad de alarmar o angustiar a los padres.



 
 
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Nuestro hijo se duerme en su cuarto, pero todas las noches se pasa al nuestro ¿ Que podemos hacer?

A esta edad, en general, los niños prefieren dormir solos en su cuarto. Si un niño se pasa durante la noche a la cama de sus padres y se resiste con rabiosos argumentos a volver a su cuarto para dormir, es muy probable, que más que el deseo de contacto y afecto que los padres le puedan dar, el debe estar buscando seguridad.

Muchos niños, esconden sus temores ocultándolos detrás de falsos argumentos como; " en mi cuarto hace frío", " mi cama me queda muy pequeña". El miedo a la noche, la oscuridad, y al recuerdo de espantosas pesadillas es normal y puede ser tan fuerte que se extienda a la vida adulta. En la escuela, los temores en relación a la noche, la oscuridad y las propias fantasías
que el niño siente, pueden estar siendo exacerbados por cuentos e historias que escuchan de otros niños, esto hace que al llegar a la casa, en la soledad de su cuarto, el niño empiece a recordar el popurrí de historias que en la escuela escucho y salga como un petardo disparado a buscar el resguardo entre las sabanas de los padres.
 


 
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lunes, 18 de marzo de 2013

PREGUNTAS DE LOS 12 A LOS 24 MESES

Mi hijo solo se duerme conmigo en la mecedora. No acepta que nadie lo duerma.

 
Dejar al niño solo en la oscuridad del cuarto para que reviente en llanto, rabia e infortunios como muchos sugieren, definitivamente no es el mejor camino para resolver el entuerto. Es muy difìcil que los padres puedan tolerar, noche tras noche, ver como su querido hijo se desgarra en llanto clamando por auxilio para poder dormir.
 
Se debe empezar  por acortar los perìodos de uso de la mecedora progresivamente, por ejemplo; si mecen al niño por 45 a 60 minutos antes de que se quede dormido, se debe programar una reducciòn progresiva del tiempo. Empiecen reduciendo cinco minutos cada tres dìas hasta que logren mantener un tiempo no mayor de diez minutos. Al alcanzar la meta, que empiecen una reducciòn de tiempo de dos minutos cada tres noches hasta que el niño rompa con la dependencia del uso se la mecedora para dormir. Es muy  probable que el niño se resista a quedarse dormido al sentir que el tiempo de mecida se va reduciendo. De ser asi,  se debe volver a mecerlo por un tiempo siempre menor al nivel en que se encuentran, por ejemplo, si se està meciendo solo por veinte minutos, y el niño se revela, vuelva a mecerlo pero no màs de diez minutos, asì sucesivamente. Hay que ayudarlos a descubrir todas sus encubiertas capacidades.
 
Ellos  estàn armando conceptos por lo cual se les deben explicar las razones de lo que se està haciendo. Al final, hay que forzarlos e indicarles con fuerza y firmeza que es un niño grande y que no necesita la mecedora para dormir, que debe dormirse solo en la cuna, que la mecedora es para los niños pequeños y èl es un niño grande.




Mi hijo solo se duerme al darle un tetero. ¿ Hay algun problema con ello?

 El  acostumbrar al niño a dormir tomando leche o cualquier otro alimento no resulta una buena estrategia. En el futuro, el niño puede trasladar este tipo de conducta a otros aspectos de la vida. Cuando el niño tenga que enfrentar situaciones nuevas, puede sentirse impulsado a controlar comiendo toda la descarga emocional que la nueva situaciòn le produce.
 
La comida, como recompensa o inductor de conductas no es un proceder muy adecuado. Por ejemplo, darle una chupeta al niño si se porta bien en el consultorio del pediatra, establece en el niño un esquema que premia con comida, amarrando la gloria de hacer las cosas bien a un aspecto bàsico y muy rudimentario, como es el acto de comer. con este tipo de conducta le estaràn diciendo al niño;    " si no comes, no puedes hacer las cosas bien".

Se les debe mantener despiertos luego de darles el tetero. Al inicio, por perìodos cortos de tiempo. Al ir conquistando tiempo y espacio, hay que prolongar estos perìodos pero nunca màs de quince minutos. Que le hablen suave, sin excitarlos, ellos no quieren dormir, siempre quieren jugar. Lean un cuento corto con voz suave y monòtona. No permitan que se duerma con la chupa en la boca. Activenlo sin llegar a estimular. El objetivo final, es que la comida forme parte de la rutina de irse a dormir, nunca el elemento principal. Se debe incorporar el tetero o la cena como un elemento màs de la rutina. La herramienta para que el niño se duerma debe ser su propia capacidad de autocontrol. Ni ahora, ni como adulto, queremos que busque en el refrigerador la soluciòn de sus conflictos.
 




Mi hijo se duerme con nosotros en nuestra cama viendo la televisòn. Lo pasamos a su habitaciòn y duerme plàcidamente toda la noche. ¿ Hay algùn problema con esto?

                                 Los padres van siendo empujados por la dinamica de la cotidianidad a arrastrar a sus hijos hacia su mundo, aunque no estèn muy satisfechos con su manera de existir. Poco a poco los arrinconan en su dìa a dìa. Estàn habitualmente  tan cansados, fastidiados y obstinados del traquetear con su propia existencia, que al llegar a casa lo que quieren es echarse a la cama a ver televisiòn, para al rato quedarse dormidos, despertar al dìa siguiente, y volver a encaramarse en el caballito de la vida.                                              

Es tarea obligatorìa de todo padre responsable, detenerse por un momento a la orilla del camino, sentarse en solitario, ver el horizonte y reflexionar, al menos por un par de segundos, sobre còmo ser un poco mejor, y sobre los derroteros en que estàn transitando con sus hijos.
 
La televisiòn en el niño pequeño no es buena, los exita en demasìa, no hay duda de ello. Los cambios de luz que se producen en la pantalla de la televisiòn son muy ràpidos. Colores que se sobreponen unos a otros a tal velocidad que forman un manchòn fulgurante que impacta contra sus pupilas y retinas, repiqueteo elèctrico que termina afectando el cerebro. Todo el mundo lo sabe. Todo el mundo lo siente. Los padres deben preguntarse, por què despuès de ver televisiòn hasta tarde en la noche amanecen tan cansados. Por què si se acostaron temprano a ver la televisiòn, estàn tan cansados al dìa siguiente. La televisiòn en la noche, es un silente exitador del sistema nervioso central.
 
El horario para ver la televisiòn debe ser bien administrado. Si se dispone de un momento en èl dìa para el baño o para la administraciòn de la comida, se debe tambièn establecer un horario para que el niño vea la televisiòn, asì como un lugar apropiado para ello.
 
Se debe evitar excitar el cerebro del bebè inapropiadamente. Se pudiese estar catapultando a los niños a situaciones que van a causarle problemas en el corto tiempo. Treinta a sesenta minutos de televisiòn a media mañana y a media tarde son suficientes. Se debe tener un lugar bien ventilado e iluminado para ver la television. Se debe compartir esta actividad con otro tipo de tareas creativas.
 

                   


Si no dejamos la luz del pasillo encendida el niño no se duerme. ¿ Hay algun problema el ello?

El niño no necesita ninguna lucecita para poder dormir, el dormir es un acto de la noche, los que duermen en la luz son los bùhos y las lechuzas. El ser humano està programado para dormir en la oscuridad y para estar despierto la mayor parte del tiempo mientras la luz del sol brilla. Este esquema mental se encuentra en nuestro ser interior encarcelado, adherido, incrustado desde hace miles y miles de años. ¿ Por què querer modificarlo? ¿Para què cambiarlo? ¿ Que vamos a lograr con ello? Si algo hay que cambiar, y que vale la pena que los padres enfrenten son los temores y las fantasìas equivocadas, màs aùn, si estas pueden ser trasladadas a sus hijos en formaciòn. A ellos, lo que les deben brindar y dejar, es lo mejor de ellos mismos, y no sus lamentos, dudas y pesares.
 
Los niños no necesitan ninguna lucecita para poder dormir bien. Los niños lo que necesitan es oscuridad, paz, silencio, desarrollar confianza y seguridad para que cuando se despierten en la noche, en medio de la soledad y de la oscuridad del cuarto sepan que no pasa nada, que todo està bien.
 
Comiencen hoy mismo por quitar la lucecita del pasillo. Disminuyan noche tras noche la intensidad de la lucecita del pasillo, para que brille por cuenta propia la de su pequeño hijo. Su luz interior.






Mi hijo de 16 meses se despertaba una sola vez en la noche. Un buen dìa empezò a despertar tres y cuatro veces en la madrugada. Actualmente se irrita y llora màs duro si ententamos forzarlo a dormir.

Si un niño de 16 meses se estaba despertando una sola vez durante la noche, para con un pequeño apoyo o no de los padres volver a dormir, y permacer asì por el resto de la noche, era porque los padres lo estaban haciendo muy bien. Esto a la vez indica que el niño no debe tener ningùn problema relacionado con el buen funcionamiento de su cerebro. Se debe recordar que los niños se desarrollan retrocediendo antes de dar un impulso hacia adelante. Esta es una regla que se observarà durante los proximos 12 años de la vida. Hay que estar alertas, de ser muy significativos los cambios observados o permanecer estos inalterados por mucho tiempo, pueden ser signos inequivocos de que algo malo pudieses estar pasando y afectar la esfera orgànica, mental o ambiental del niño.

En todo salto al pasado en el desarrollo del niño, se debe recomenzar el camino ya transitado y abordar el asunto como meses atràs se hiciera, no hay otra manera de hacer las cosas. Se debe empezar por reforzar la rutina para el buen dormir y establecer una conducta firme cuando el niño despierte en la noche y quiera pasarse para la cama de los  padres o pida leche en la madrugada. la edad del niño ayuda mucho para resolver el problema, èl empieza a entender las implicaciones de hacer mal las cosas. Con palabras simples y sin dar extensos discursos se les debe explicar lo que està pasando. Se debe ser firme y cariñoso al dar explicaciones. Hay que recordar que a esta edad, ellos deben empezar a ser parte de la soluciòn.

En general, estos saltos al atràs no duran màs de tres semanas y desconciertan a los padres tanto como a sus pequeños hijos.
 



Cuando està dormido habla mucho. En ocasiones repite las mismas palabras. ¿ Esto es normal? ¿ Tendra algun problema?

Èl està descubriendo las palabras y todo el poder que ellas encierran. En este perìodo de la vida, surge el lenguaje con todo su poder creativo y toda su capacidad de control. El lenguaje oral comienza a marcar la vida del niño, estè despierto o no. Cuando aprendiò a caminar lo vimos correr y correr por toda la casa maravillado con su recièn adquirida habilidad. Cuando aparecen las palabras, al igual que con el caminar, parlotean y parlotean maravillados del poder de la herramientas que se les acaba de presentar. Todas estas emociones las trasladan a las horas nocturnas, estèn dormidos o no. Asì pues, la noche se hace una extensiòn del dìa que les permite seguir disfrutando, gozando, asombràndose de los sonidos que salen de ellos y de còmo esos sonidos empiezan a tener representaciòn menta en sus cuerpos. Sonidos, que poco a poco se van haciendo palabres, con las que pueden manipular de alguna manera su existencia.

Es frecuente escuchar a los niños decir palabras mientras duermen. El cerebro no se paraliza mientras se duerme, descansa pero no se detiene. El cerebro del niño sigue en actividad extendiendo a las horas de la noche aquellas actividades que le impregnan de gran emociòn durante el dìa. las palabras, al ser un evento nuevo que lo cautiva y lo asombra fluyen con facilidad mientras el niño duerme.

Si el caudal de palabras durante la noche es muy frecuente, lo màs probable es que al niño se le estè exigiendo demasiado en este sentido. Se debe evitar pedir a cada momento que repita y repita las palabras aprendidas, no hace falta que demuestren a cada  instante sus habilidades, para demostrar que es un ser maravilloso. No se deben despertar para que dejen de hablar, con ello solo se va a excitar y luego va a ser  muy dificil que pueda volver a dormir. Se debe evitar el uso excesivo de palabras para inducirlo a que se duerman. 
 
 



Durante el fin de semana no hace la siesta. Durante el resto de la semana en la guarderìa, duerme muy bien. ¿ Què està pasando?

 
La rebeldìa y el negativismo propios de los niños a los dos años empieza a presentarse en algunos a muy corta edad. Muchos de ellos, antes de cumplir los dos años comienzan a manifestar su rechazo a todo aquello que de alguna manera les limita, y no les permite hacer lo que ellos quieran. Ellos, se resistiràn y pelearàn cuando tengan que comer, vestirse, salir de la casa, jugar con los hermanitos, o la hora de dormir. Al niño crecer y adquirir nuevas destrezas va a buscar confrontar estas con las situaciones de su cotidiana vida. Es una manera de poner a prueba, a cada momento, la intensidad de sus recièn adquiridas habilidades mentales y fìsicas con su entorno inmediato. Confrontar empieza a ser tanto o màs importante que caminar y hablar. Enfrentarse a las normas que le quieren imponer es intenso y lo sacude emocionalmente. Esas normas, de las que desconoce hasta las razones por las que se le quiere obligar a cumplirlas, empiezan a ser su lucha diaria.

Las nuevas peripecias le permiten al niño entender que algunos lugares son campos de batalla donde la pelea serà facil de ganar. Ellos aprenden ràpidamente cuàndo, còmo y con quièn la batalla de los intereses se puede librar con èxito de triunfos a su favor. Para ellos ganar no significa que logran hacer lo que quieren hacer, para ellos ganar significa lograr que se enganchen las personas de su entorno en la pelea, por el mayor tiempo posible, con la mayor intensidad posible y que esta genere los cambios emocionales màs grandes. Para su ser interior, lo importante es el conflicto en sì mismo, eso es lo que les hace explorar sus potenciales. Por esto es que se portan muy bien en la escuela, allì se comen la comida, duermen la siesta, juegan con los amiguitos sin pelear, pintan tranquilos, en fin son unos seres angelicales. No es que las maestras no hagan lo que les corresponde, es que los tienen  tan ocupados haciendo miles de actividades que estimulan su curiosidad, que la batalla por los intereses puede esperar para despuès, cuando se encuentre en casa con mamà y sus hermanitos. Ellos, siempre van a luchar y a confrontar. La batalla que los padres deben dar, es la de establecer los lìmites y las normas para su bien futuro.




Se despierta variaa veces en la noche llorando. Todo el mundo me dice que lo deje llorar. ¿ Que hago?

Si el niño llora algo hay que hacer. No podemos ni debemos ser indiferentes frente a un niño que se despierta tres y cuatro veces en la noche llorando y gritando porque no puede dormir. Algo tiene el niño que de esta manera se comporta. Es muy probable que sea culpa de los padres lo que se estè presentando. Este es el tìpico resultado de no haber actuado con firmeza cuando el niño era màs pequeño, es probable que lo pasaràn a la cama de los padres para que descansara en ella cuando se despertaba en la madrugada, o sea el producto de ofrecerle leche tibia para calmarle el llanto a altas horas de la noche, o bien, del pasearlo  cargado por todos los rincones de la casa hasta que se quedara dormido. Ahora hay que resolver el entuerto, el niño creciò y es incòmodo que duerma en la cama con los padres. El tiempo ha pasado y mamà empezò a trabajar. Los hermanitos mayores tienen que asistir temprano a la escuela y la leche nocturna le causò caries. A esta edad, pretender cambiar este patròn con facilidad es engañar a los padres. Es probable, que tengan que seguir levantàndose con resignaciòn para asistir al niño todas las noches por un tiempo prolongado.

El niño debe entender que es hora de dormir y los padres deben hacer sentir su autoridad.  Acompañenlo en su cuarto hasta que se calme. Concedan sacarlo de la cuna por perìodos muy cortos para que estè en sus brazos, y devuelvanlo a la cuna antes de que se quede dormido, deben dormirse por cuenta propia. Repetir este procedimiento por perìodos cada vez màs cortos y las veces que sean necesarios. Que nunca prendan luces y eviten hacer ruidos. Despuès de los dos años, una vez que los niños consigan la meta de dormir bien, y por si solos toda la noche, ofrezcanle pequeños premios para reforzar esta conducta
 




Dormìa muy bien, pero desde que empezò la guarderìa llora y grita en la noche.

El lenguaje corporal y gestual del niño no es fàcil de interpretar. Si al entrar en la guarderìa cambia el ritmo y la calidad de las cosas que venìa haciendo bien, como dormir, comer y aceptar las normas bàsicas de respeto y colaboraciòn, existen varias posibilidades por la que esta situaciòn se estè presentando. Una de ella, muy simple, es que estè reclamando el estar dejàndole en un lugar apartado y lejano del sitio que le brinda seguridad y confianza. Otra cosa, es que no le guste la guarderìa donde lo dejan, no extraña su casa, no le gusta el lugar donde lo llevan. Otra situaciòn, puede ser que no reciba el afecto y la atenciòn a la que està acostumbrado en su casa. Pudiese ser que este recibiendo algùn tipo de maltrato. Por ùltimo, que se sienta mal, que este enfermo por entrar en contacto con otros niño en la guarderìa portadores de virus y gèrmenes, a los que se debe empezar a adaptar.


Si la confrontaciòn con la buena alimentaciòn y el buen dormir persisten, y no se alcanza en el corto tiempo los niveles de orden que existìan previamente, hay que averiguar y evaluar que està pasando en el recinto escolar. Preguntarse por què el niño no ha vuelto al nivel de organizaciòn que tenìa antes. Conversar con los maestros es fundamental, pues ellos cuentan con herramientas profesionales para ayudar al niño a superar esta fase de la vida.

No se debe temer a que los niños confronten esta  nueva situaciòn. Se les debe dar tuiempo para confrontar el ambiente, alcanzar un nivel superior de organizaciòn, ampliar su cìrculo de acciòn y terminar triunfando y conquistando el nuevo ambiente. Al salir airosos de la nueva proeza volveràn ràpidamente a dormir y comer bien. Muy probablemente, tambien empiecen a enfermar menos. Recordar, que en el desarrollo del niño se pueden presentar pequeños retrocesos antes de dar un gran salto adelante



Duerme muy bien toda la noche, pero va a nacer un hermanito. ¿ Esto le puede afectar el buen dormir?
 
Es dificil predecir el comportamiento de un niño tan pequeño frente a una situaciòn que va a saturar de tantas emociones su mundo. Todo en la casa pronto va a cambiar, el orden establecido pronto no serà igual, un hermanito va a llegar. Para ellos su cìrculo es muy pequeño y se encuentra atiborrado de emociones de diferentes intensidades. Su mundo, es una copa de helado repleta con los màs exquisitos y exòtico sabores, saber què pasarà cuando tropiece con un trocito de chocolate amargo o de la màs dulce miel es difìcil de saber. A lo mejor, le gusta lo que encuentra, lo saborea y le agrada, pero tambièn es posible, que reviente la copa contra el suelo de la rabìa. Una cosa o la otra, es un tiempo maravilloso para que confronten la dualidad de ganar y perder. Que prueben que en esta vida se gana y se pierde. Que asimile que siempre que ganamos algo perdemos y que siempre que perdemos, algo ganamos.
 
A veces, no tienen las herramientas ni la madurez necesaria para enfrentar la situaciòn. Es fundamental estar alertas, no dejar de tender puentes que les permitan sentir que aunque existe un torbellino de emociones  sacudièndoles, se encuentran amarrados a puerto seguro y que la marejada de sensaciones que les zarandean en nada va a afectarles y pronto pasaràn. Si no fuere asì, allì estàn papà y mamà para auxiliarle. Permitamosles crecer emocionalmente, dejemosles transitar libremente por esta senda. No hay que apartarlos del hermanito, debemos incorporarlos a las actividades del cuidado del recièn nacido. pequeñas cosas que les permitan realizar les haràn sentirse parte importante, y les serà fàcil ordenar sus sentimientos, colocando cada cosa en el lugar que les corresponde.





viernes, 25 de enero de 2013

PREGUNTAS DEL OCTAVO MES AL AÑO DE EDAD

Mi bebé de ocho meses lo consigo todas las noches meciéndose en cuatro patas a las tres de la madrugada.

Cuando el niño hace esto tiene poco tiempo de haber empezado a gatear. Cuando ellos aprenden a gatear quieren hacerlo de día y de noche, inclusive cuando comen o juegan en los brazos de papá. Quieren gatear, gatear y gatear cada segundo de su existencia, hora tras hora, semana tras semana y nunca parar. Cuando descubren que desplazándose en cuatro patas pueden alcanzar rápidamente todo aquello que antes se encontraba lejos y en consecuencia muy difícil de alcanzar, no paran de gatear y gatear. Ahora, aquellos objetos lejanos que le exigían realizar un gran esfuerzo al tener que arrastrarse y contorsionar su torpe cuerpo sobre si mismo para poder  llegar a ellos los consiguen rápidamente al llegar gateando. Antes, en más de una ocasión, tuvo el niño que llorar sumergido en estridente pataleta, para que al final nadie entendiera que lo que quería era simplemente tocar y levantar la puntita de la alfombra que se arruga debajo del sofá de la sala. Ahora, no tiene que entrar en crisis, sale disparado con rápida y eficiente alternancia de movimiento de sus miembros, para tocar y conseguir lo que quiera.
 
Por  muy poco tiempo, los niños que están empezando a gatear y explotando todas sus potencialidades de desplazamiento, al despertar en la noche no les interesa otra cosa que seguir gateando, ellos no quieren comer, jugar con papá o con mamá. Mucho menos quieren que los acuesten en sus camas para quedarse tranquilamente dormidos en ellas. Ellos lo que quieren es gatear, moverse de un lado a otro para maravillarse con su recién adquirida destreza.
 
Cuando papá se compra una camioneta último modelo o mamá los zapatos que tanto soñó, lo que quieren es usar su carro y sus zapatos nuevos todo el día. Sueñan con la oportunidad de darle uso a los recién adquiridos objetos. El niño se comporta igual que los padres con sus recién adquirida habilidad, el gateo. Los niños lo que quieren es usar su nueva adquisición todo el día.
 
Los padres, cuando vean al niño desplazándose por toda la cuna a las tres de la madrugada como si fueran las doce del mediodía, no tienen  que prestarle mayor atención a su bebé que está empezando a gatear. Que vigilen y cuiden que no existan objetos con los que se pueda hacer daño, que no prendan las luces, que no los existen llamándoles la atención. Pronto, solitos se van a cansar de gatear en la cuna. Al saturarse de la destreza recién descubierta, y empezar a florecer en su vida nuevos acontecimiento maravillosos, el gateo pasará a segundo plano y quedará sumergido en el océano de cosas nuevas que están por sucederle en la maravillosa y esplendida aventura de la vida.

Cuando los padres tiene esta información, además de hacer las cosas bien, se sienten tranquilos y confiados que nada malo está sucediendo con sus hijos.



Mi hijo  de nueve meses se levanta llorando en la madrugada. Al sacarlo de la cuna se tranquiliza. Apenas lo coloco nuevamente en la cuna empieza a llorar. Asì pasamos toda la noche. ¿ Què puedo hacer?

 
Los padres de estos niños, realmente estàn metidos en un gran problema. Si el niño a los nueve meses de edad se encuentra en esta situaciòn, existen varias razones por las que esto ocurre, las dos màs frecuentes son: Que el niño este padeciendo de insomnio infantil o que todo sea el resultado de la suma de errores realizados en los primeros meses de la vida del niño. En cuanto a lo que al buen dormir se refiere, la conducta a seguir es la misma sea cual sea la causa. Identificar la razón por la que esta está sucediendo lo va a señalar tiempo y la evolución del niño, una vez los padres empiecen a trabajar con firmeza en las normas básicas para el buen dormir del niño.
 
Si la situaciòn presentada se debe a los errores cometidos por los padres, lograràn corregir el entuerto si con firmeza se establecen una meta y siguen meticulosamente los pasos que se hayan  establecido para la consecuciòn de esta meta. Si por el contrario, el niño presenta insomnio infantil, son poco los avances que van a ir observando en la soluciòn del problema a pesar de ser fieles cumplidores de la rutina para el buen dormir, y van a tener que solicitar auxilio del pediatra y de un neuropediatra para poder inducir en el niño el sueño y ayudarlo al buen dormir y al necesario descanso.
 
A los nueve meses de edad, ya se han establecido con mucha firmeza en el niño los patrones de conducta familiar. A esta edad los niños son seres fàcilmente condicionables. Ellos aprenden e integran  muchos comportamientos por simple condicionamiento primario, y por la simple observaciòn. Màs adelante en la vida, es cuando integran formas complejas de aprendizaje. El condicionamiento simple es altamente efectivo, pero difìcil de alterar una vez està profundamente arraigado en nuestro ser. Es importante, que los padres aprendan a luchar para evitar que condicionamiento primarios negativos, influyan desfavorablemente en la educaciòn y formaciòn de los patrones de comportamiento inadecuado, que observen en sus hijos. No deben esperar para mañana. Deben comenzar hoy mismo, a cambiar aquello que le haga mal al niño. La tarea o va a ser fàcil.,van a encontrar gran resistencia por parte del niño.

 Los padres deben entender que el niño no debe continuar con este patrón de sueño nocturno. Comience por explicarle a la familia lo que está planteado realizar, en cuanto a las pautas que de ahora en adelante se van a realizar, para que el niño a más tardar a las nueve de la noche esté durmiendo en su cuna y que es lo que van a hacer cuando en la madrugada se levante llorando, y con gritos y llantos clame por la presencia de la madre en la habitación.



 
Mi hijo de 10 meses de edad se toma tres teteros de fòrmula en la noche.
 
A los 10 meses de edad no se deben tomar tres teteros de leche en la noche, inclusive no deberìan ni tomar un tetero de leche durante toda la noche. A esta edad, dos ingestas lacteas durante las 24 hora del dìa son suficientes para su correcto y saludable crecimiento, siempre y cuando se hayan introducido otras alimentos en la dieta diaria del nenè.
 
Este niño que toma tres teteros de leche durante la noche, esta anclado, amarrado a una fase del desarrollo que debiò superar meses atràs. Soltar las amarras no serà tarea fàcil. No solo su mente tiene incrustado el deseo compulsivo de comer mucho durante la noche, sino que todo su ser metabòlico, todo su funcionamiento interior clama como una necesidad inevitable por estos aportes extras e innecesarios de nutrientes.
 
Para resolver los padres la situaciòn en que se encuentran, deben comenzar por dar la leche màs diluida de lo habitual. En la medida en que se acostumbre el niño, que sigan diluyendo cada vez màs la leche, hasta que pràcticamente sea solo agua. Despuès, que le ofrezcan solo dos ingestas de agua en la noche, el llorarà por dos o tres dìas. Pronto entenderà que la noche no es para comer sino para dormir. Con esto, le habràn ayudado a no encharcar de grasa sus arterias, al crecimiento de su autoconfianza y al desarrollo de su capacidad de autocontrol.
 
 
Mi hijo no gana peso. No quiere comer. La ùnica forma de que tome la leche es en la noche mientras duerme.
 
Dormir y comer bien. Binomio de angustias, que en ocasiones se enfrentan para complicar mucho màs la compleja existencia de los padres.
 
En este binomio de angustia que se genera entre el comer mal y el mal dormir, termina ganando siempre el comer mal. Se termina sacrificando el buen dormir por el buen comer. En general a los padres no les importa tanto que no duerma el niño, siempre y cuando coma bien. Vemos inclusive en no pocas ocasiones, como se sacrifica cantidad por calidad. En la paranoia creciente, por que el niño coma suficiente cantidad, con facilidad se cae en la tentaciòn de darles de comer mientras estàn dormidos. Con esta pràctica, lo que los padres hacen es ofrecer al niño mayor cantidad de leche o complejos nutritivos hipercalòricos, lo que aumenta exageradamente el aporte de alimentos que el niño debe asimilar y digerir. Si el niño es de contextura delgada, lo que van a lograr es que tenga que quemar gran cantidad de calorias para poder integrar ese extra de nutrientes a su organismo, que empuja a su pequeño cuerpo a una situaciòn catabòlica, y contraria a lo que esperan va a perder peso.
 
La noche es para dormir. Los niños no deben comer dormidos. Problemas que van desde la obesidad en aquellos niños con esa tendencia, hasta la acidosis metabolica en aquellos de contextura delgada, por no señalar los problemas de caries y de mala oclusiòn dental.
 
 

                      Mi bebè se despierta  en la noche. Solo se duerme viendo la televisiòn.

Grave error al que se debe poner soluciòn inmediata. Los padres en algùn momento, en su desesperado agotamiento, al ver que su hijo no se dormìa se les ocurriò la idea de prender el televisor para ayudarlo a pasar las horas de la noche. O bien, no se sabe cuàndo, empezaron a dejarle dormir en su habitaciòn mientras ellos veìan la televisiòn. Se puede dar el caso, que durante el dìa, el niño pase largos perìodos de tiempo, en un lugar de la casa, en la que siempre estè encendiendo el televisor.
 
El niño no debe utilizar la televisiòn como un instrumento para inducir el sueño. Màs adelante, al ampliar su nivel de comprensiòn y de relaciòn con el mundo, en la madrugada al despertar, usarà la televisiòn como un distractor, un juego, y no va a querer dormir sino ver la televisiòn toda la noche.

Se debe empezar por identificar que fue lo que originò la distorciòn. En què momento y por què el niño se enganchò en esta situaciòn y empezo a dormir con el televisor encendido. Hay que identificar y erradicar la causa inicial. Una vez identificada la gènesis del problema y exterminado el mal hay que empezar por cambiar el televisor por algùn hecho que  se pueda controlar en frecuencia e intensidad, por ejemplo, el uso de la mecedora, el cargarlos o el cantarle. Al usar estos inductores del sueño, evitaràn que el niño se sobresalte al no tener absceso a la televisiòn y comience a llorar y gritar histèricamente.

Una vez que el niño no necesite el televisor  para dormir, comiencen a disminuir el perìodo de tiempo que se usa el inductor auxiliar, asì como la intensidad del mismo, hasta que su uso se haga pràcticamente imperceptible por  el niño. Cuando estè listo dejenlo solito. Que èl resuelva  su situaciòn y que empiece a dormir por cuenta propia.

 
Mi hijo tiene un año. Se sigue despertando tres y cuatro veces en la noche. ¿ Que hago?
 
En el caso de que la madre tenga un año trabajando adecuadamente para estimular el buen dormir de su hijo, y luego de doce meses de vida, el niño siga despertando tres o cuatro veces en la noche llorando, gritando y clamando por la presencia de la madre, y los padres necesitan pasar muchas horas de esfuerzo en dormir a su hijo en la noche sin tener exito, el niño va a necesitar ser evaluado por el neuròlogo infantil. Esta evaluaciòn es fundamental`para determinar si hay algùn rasgo de inmadurez persistente en el cerebro del niño, que no le permita integrar la informaciòn que los padres estàn emitiendo, de forma rutinaria, clara y consistente. existe un pequeño grupo de niños que estàn en esta situaciòn, que van a necesitar algùn tipo de inductor del sueño. los productos con capacidad de inducir el sueño son muy variados. Existen desde productos naturales hasta farmacològicos.
 
El darle inductores del sueño al niño, debe siempre ir acompañado de la persistente aplicaciòn de las normas y pautas para el buen dormir. Los inductores del sueño son los reforzadores de las normas y las pautas para el buen dormir, nunca hay que pensar al contrario. No se debe dejar caer sobre estos productos toda la responsabilidad y la carga del buen dormir del niño.
 
Debemos convencer a los padres para que confìen en la capacidad de sus hijos de superar la situaciòn por la que estàn pasando, utilizando el arsenal de herramientas que la naturaleza a colocado en su ser.
 
El que aprendan a dormir con disciplina e independencia, es uno de los tantos eslabones que los padres deben saber cerrar, para que la cadena de la existencia sea fuerte, y los niños sean capaces de soportar los sacudones que en la vida han de enfrentar.
 
 
 
 
Mi hijo se mueve mucho cuando duerme y llora dormido. No llega a despertar pero me parece que no descansa.
 
Debemos recordar que dormir no es un acto totalmente pasivo. Dormir es un hecho activo. El cerebro no està apagado como anteriormente se pensaba. El cerebro  cuando estamos dormidos trabaja,se ocupa de organizar gran parte de nuestra vida interior y para ello necesita energia.
 
Existen al dormir diversas fases por las que transitamos. En unas de estas fases estamos muy cerca de despertar, rozamos realmente el despertar y en ocasiones inclusive despertamos por segundos, para volver luego a quedarnos dormidos. en otras de estas fases del sueño, estamos en la profundidad de nuestro ser, extremadamente dormidos. Mientras màs cerca de despertarnos nos encontremos, muchos movimientos y sacudidas vamos a dar.
 
A tan corta edad, los niños no tienen sueños y pesadillas, el mundo onìrico no existe aùn.
 
Cuando un niño de apenas un año de edad se sacude en la cama, llora e inclusive emite sonidos que pudiesen parecer palabras, lo que realmente presenta es la expresiòn externa del transitar por la fase superficial del acto de dormir. Los padres, no se deben preocupar en este sentido. Todas esas manifestaciones corporales son completamente normales.
 
Algunos niños, frente a situaciones que agitan, mueven y desquebrajan el mundo familiar sobre el cual gravita toda su confianza y seguridad, pudiesen expresar durante el dormir mayor actividad corporal sacudièndose, gritando y llorando.
 
En la incapacidad de lospadres de reconocer que sus hijos estàn presentando un despertar nocturno o rozando este, radican el mayor nùmero de desajustes que presentan los niños. El no hacer las cosas correctamente conlleva a terminar de despertar al niño por completo.
 
 
 
Mi hijo solo se duerme en el piso. No logro hacer que se quede dormido en su cuna o en mi cama. ¿ Què puedo hacer?
 
Hay niños, que desde muy pequeños empiezan a dar señales inequìvocas, de que van a ser intensamente oposicionistas. ellos desde antes de aprender a decir no, saben con gestos y expresiones corporales enfrentar a sus padres, y a toda norma del convivir.
 
Lo màs comùn a tan corta edad, es que el niño exprese en todas las àreas de su cotidiana vida el oposicionismo que empieza a tomar fuerza en èl.
 
A tan corta edad, no entienden muchos razonamientos lògicos y sus respuestas èstan saturadas de emociones. Al ayudarlos e impulsarlos a hacer bien las cosas se su cotidianidad, como son el dormir, el comer, o el jugar logramos que consigan auto controlarse y mucha confianza en sì mismos. de no lograr autocontrol, la frustraciòn los frena, los atrasa, los corrompe y los lleva por derroteros que distorsionan las emociones en positivo que necesitan como fundamentos para una vida mejor y màs feliz. Es la emociòn de sentir la dicha de encontrar la armonìa de su cuerpo, que se entrelaza potenciando sus crecientes capacidades corporales y mentales, lo que los impulsa a ir haciendo las cosas cada vez mejor y mejor. Todo esto no es todavìa un acto de razonamiento lògico, si no una explosiòn de sensaciones en positivo que los conducen a ser excelente y a seguir creciendo y desarrollandose..
 
Los padres  no se deben enfrascar en grandes luchas titànicas, ni largos discursos explicativos. Insistir  en los rituales y normas del buen dormir, para al final colocarlos a dormir en su cuna y apagar la luz. Si la batalla es insoportable, dèjelos dormir en el suelo. Que no los pongan còmodos. Que  no les pongan almohadas ni frazadas. Que  quiten del suelo todo muñeco u objeto que haga su estadia en el piso atractiva. Hay que evitar que se enfrièn. Pronto entenderàn que no es el mejor lugar para dormir. Hasta que el niño tanga al menos 2 años, cualquier razonamiento lògico por convencerlos de no dormir en el piso es un esfuerzo inùtil. Sin embargo, nunca debemos dejar de hablarles y de decirles lo que corresponda.
 
  
 
Mi hijo tiene un año y sigue durmiendo en mi cama. ¿ Que puedo hacer?
 
Lo primero que deben hacer los padres es preguntarse si quieren que su niño siga durmiendo en su cama. Esta pregunta es fundamental, ya que el niño tiene un año de edad, y es muy probable que tenga mucho tiempo durmiendo con los padres. De ser asì, èl debe  tener establecido patrones de conducta muy fuertes que lo llevan a querer dormir con ellos. Cambiar estos patrones a esta edad, va a ser una tarea realmente titànica, que va a implicar fieros enfrentamientos  con el niño. Si no estàn seguros los padres de que el niño debe dormir en su habitaciòn solo o consideran que empezar a lidiar con la tarea de  cambiar el patròn de conducta fèrreamente incrustado en el bebè va a descontrolar demasiado su vida, es preferible que dejen para màs adelante el esfuerzo que va a implicar cambiar a esta edad este habito.
El niño de un año de edad no ha desarrollado su capacidad de intelectualizar, reflexionar o pensar sobre las cosas que le afectan. Es muy limitada su capacidad de cambiar por sì solo este tipo de situaciones, èl todavìa es un ser muy instintivo y emocional. Si me agrada y me ofrece emociones fuertes positivas lo hago. Si por el contrario, no me es agradable y no me ofrece emociones fuertes en positivo no lo hago.
Si los padres llegaron al año de edad con su hijo metido de cabeza en su cama para dormir, es muy dif`cil que ahora se enfrasquen en una lucha titànica por cambiar esa situaciòn. Deberàn esperar que el niño cumpla al menos dos años, para empezar a persuadir en base al razonamiento y al uso de los premios, el que el niño empiece lentamente a entender las bondades de dormir solito en su cuarto. Hay niños que antes de los dos años dan muestras inequìvocas de estar listos para internalizar e integrar mensajes,pero en general es difìcil de observar antes de los 18 meses de edad.
Es recomendable que los padres coloquen algunos lìmites al niño que duerme en su cama, no  permitièndoles desplazarse por toda la cama, pedir teteros mientras se encuentren encima de la cama, tampoco tomar la teta, jugar en las tardes sobre la cama, brincar sobre esta o ver la televisiòn. Aunque vaya a dormir con los padres, hay normas que se deben cumplir en espera de la edad adecuada para empezar a erradicar este patròn.
 
 
Podemos darle algùn alimento a las once de la noche, para ver si pasa toda la noche sin despertar ni pedir tetero.

Cuando establecemos una rutina para inducir al niño en el buen dormir, esta debe finalizar colocando al niño a dormir solito en su habitaciòn y persuadirlo, convencidos de que es capaz, de quedarse dormido toda la noche por cuenta propia, sin necesidad de realizar grandes proezas para lograr dicho objetivo. Si esta es la meta, se debe evitar crear nuevos condicionamientos que alejen al niño y a los padres de este fin.

Debemos recordar, que el niño va a despertar durante la noche varias veces, que esto es normal, y es muy importante que aprenda a dormirse otra vez, al utilizar los recursos naturales de que dispone, sin necesidad de que los padres intervengan mayormente en ello.

A esta edad, el niño no necesita tomar leche a las once de la noche. Esto incrementa innecesariamente el nùmero de calorìas ingeridas, con el riesgo de estar edificando las bases de un futuro niño obeso. Los teteros nocturnos dilatan el estomago haciendo al niño insaciable, por lo que empezarà a tomar, cada vez màs volùmenes de alimentos. La leche tiene gran cantidad de grasa, la que empieza a acumularse en las arterias cuando se ingiere en demasìa, siendo la gènesis de futuras enfermedades cardiovasculares.

Cuando damos leche u otro alimento en la noche al niño, se les debe cepillar los dientes, lo que difìcilmente se va a realizar a las once de la noche. El cepillado de dientes a horas avanzadas de la noche interrumpe el buen dormir del niño.
 
 
 
 



 

jueves, 1 de noviembre de 2012

PREGUNTAS DEL 4TO AL 8VO MES

Mi bebé de 4 meses se levanta para comer a las tres de la mañana.

Que un niño de 4 meses de edad se levante para comer una vez durante la madrugada es completamente normal, esto se observa en seis de cada diez niños aproximadamente. Hay que entender que el proceso de maduración no es un evento uniforme, existe una variabilidad normal en el desarrollo del ser humano, por lo que algunos niños maduran más rápido que otros, con discretas diferencias de tiempo en la adquisición de las diversas habilidades y destrezas propias de cada edad. Estas pequeñas discrepancias en los tiempos de adquisición de las destrezas no representan problema alguno, al final del camino, si el niño es un bebé sin problemas, se va a emparejar con los demás niños en cuanto a lo que el dormir se refiere. Es muy agotador, luego de cuatro meses de nacido el niño, tener que seguir levantándose para darle de comer, aunque sea una sola vez en la madrugada. Sin embargo, si los padres entienden que este es un hecho completamente normal en algunos niños, y en consecuencia, lo más probable es que el niño en cualquier momento empiece a dormir toda la noche, podrán sobrellevar el trabajo extra que esto representa con una aptitud más en positivo, pues estarán seguros y convencidos de que su hijo estará bien.  

Hay que estar muy pendientes de que no empiecen a pedir de comer màs de una vez en la madrugada. Con frecuencia los padres consideran que se està quedando con hambre y les ofrecen alimentos que realmente no necesitan, con el riesgo de aumentar innecesariamente el aporte calòrico diario, por lo que el riesgo de sobrepeso se incrementa. Cuando se continua dando alimentos a pesar de que los niños no lo solicitan, de una vez que se estaba despertando en la noche para comer, empezarà a levantarse tres y cuatro veces, retrocediendo a etapas que estaban completamente superadas. No se dejen confundir, la normalidad es que se levanten una sola vez en la noche; no tres ni cuatro. Se les debe dar de comer una sola vez, no les va a pasar nada por que lloren un rato, al poco tiempo se dormirán. Un pequeño grupo de niños, puede  levantarse para comer una sola vez en la madrugada durante todo el primer año de la vida.

Si un bebé cumple los seis meses de edad y continua con esta práctica, llegó el momento de empezar a trabajar en ello. cuanto antes comiencen les será más fácil a los padres cambiar el patrón de alimentación. Deberán ser firmes y empezar a dar menos cantidad de leche en la noche, para luego ir diluyéndola, hasta pasar solo a teteros con agua. Se deben chequear los posibles errores en cuanto al esquema de alimentación que con el niño se han adoptado y corregirlos rápidamente, para luego poder seguir trabajando con el sueño alterado.

 
 

Mi hijo de 6 meses no quiere dormir, pelea contra el sueño. Yo se que esta cansado pero no
quiere dormir.

Es muy frecuente que esto suceda, a esta edad los niños lo que quieren es jugar, explorar y curiosear. El mundo que se abre a sus sentidos, tan pleno de colores, sonidos y olores es tan maravilloso y lleno de esplandor, que lo que desean es seguir saboreando ese entorno de sensaciones placenteras y exitantes. Lucharàn contra todo aquello que intente, asì sea por segundos, arrancarlos de este encuentro sorprendente con la realidad.

En esta lucha titànica entre lo que su cuerpo quiere y su mente exige, se crea una contradiccion que explota en rabia, irritaciòn y agotamiento que los catapulta al insomnio. Si no han desarrollado todavìa las herramientas para auto consolarse y auto regularse, la crisis se vuelve còlera incontrolable.

Los padres con frecuencia interpretan este momento crítico como un capricho de su hijo, al igual que ellos, el niño no sabe qué le pasa ni cómo resolverlo. Si los padres se ponen histéricos y rabiosos solo complicarán más el asunto al encharcar y saturar con más estímulos los ya muy sobrecargados sensores de su hijo.

Aunque lo que le esta sucediendo al niño es normal y transitorio, los padres deberàn junto al niño empezar a trabajar estas situaciòn, de manera tal, de que el niño adquiera las herramientas para su autocontrol. Es muy importnte que los padres no terminen formando parte del desorden y de la cascada de estìmulos que salpican al niño en ese momento.

No se les debe gritar, no se les debe sacudir, no se les debe dar palmadas, mucho menos pegar o golpear. Que no les canten, que no los paseen de brazos en brazos todas las personas que habitan en la casa. Hay que evitar formar parte de la comparsa de estímulos del entorno.  Los padres no se deben enganchar en la crisis.

Los padres deberàn prepararse, al menos una hora antes,  de que empiece la crisis. Se deben apagar las luces de la casa progresivamente, bajar paulatinamente los sonidos habituales que existan en la casa, evitar visitas de amigos o familiares,  se debe apaguar el telèfono mòvil y cualquier aparato que pueda sùbitamente sonar y desquebrajar de un sopetòn el trabajo que se viene realizando.

Que inicien la rutina para inducir el sueño con disciplina y sin distracciones, para terminar colocando al niño en la cuna, que se queden junto al niño por cinco a diez minutos y luego deben dejarlo solo. Èl llorarà al principio, pero al poco tiempo debe empezar a dormir por sì solo y sin tanta lucha, su mente y su cuerpo dejaràn de batallar para empezar a andar caminos de armonía.

Esta situación puede ser transitoria y a los pocos días el niño volver a lidiar contra el dormir. Se debe entonces retomar con igual intensidad todo lo anteriormente señalado.
 

 
Mi hijo de 6 meses no duerme durante el día. No hace la siesta.

El niño  a esta edad empieza a descubrir el mundo que le circunda, y lo que va descubriendo es tan maravilloso que no quiere apartarse ni por un instante de èl. Al bebè no solo le cautiva y le exita lo que se presenta frente a èl, sino que empieza a descubrir su ser corporal y mental, lo que tambièn le cautiva y exita. En este encuentro de sensacioes y experiencias nuevas surgen contradicciones sensoriales y corporales muy fuertes, que si bien es cierto, lo impulsan hacia adelante hacia el futuro, tambien lo anclan y lo estancan por periodos cortos de tiempo en el pasado, inclusive pareciese que no avanzan.

La siesta es el complemento de las horas que el niño debe dormir en la noche. A esta edad ellos deben dormir de diez a doce horas al día. El que no duerman la siesta no implica que en la noche van a dormir más. Lo que suele suceder, es  que al no dormir la siesta, el niño está irritable y le será difícil conciliar el sueño en la noche.

El niño actual, en general lleva una vida empantanada en colores y sonidos muy intensos. Los colores vivos saturan la ropa, los juguetes, los utensilios del cuidado diario, el ambiente en que crecen los niños están salpicados con colores penetrantes, además le colocamos sonidos a cuanto cacharro se utilice en el cuidado del niño, cepillos con música, maraquitas electrónicas, chupones musicales, etc. Pensar que estos cachivaches no le van a quitar el sueño durante el día es difícil de creer, es ingenuo pensar esto. Los niños, no deben ser educados en una burbuja aislada de la realidad. Esta es la vida que les toca vivir, con lo bueno y lo malo de ella. Debemos entender que patrones de comportamiento que antes eran habituales, como la siesta, pueden desaparecer.

Tenemos la obigaciòn de compensar al niño y de reencontrar el tiempo perdido en horas de descanso. Los padres, la familia y la escuela deben ofrecer momentos de tranquilidad y sosiego durante el dìa, de manera tal, de que aunque no duerman, tampoco estèn sobre estimulados, pues ello a nada bueno conduce. Es obligante no arrastrarlos a la cotidianidad de los adultos, ellos no estàn equipados con las mismas herramientas para enfrentar las situaciones de descarga adrenalìnica en la que el adulto se encuentra en su actividad diaria.

Si el niño no duerme en la tarde, hay que evitar sobrecargarlo en estìmulos a estas horas,`pues en la noche seguiràn por inercia muy exitados. Entonces ni de dìa, ni de noche hallaràn el descanso.




Creo tiene pesadillas porque se mueve y llora mucho al dormir.

Las representaciones mentales plenas de pensamientos tenebrosos o catastróficos como los adultos las entendemos, no existen en la mente de los niños tan pequeños. Las pesadillas son representaciones mentales que aparecen en el niño más grande y son causa de mucha angustia y perturbación.

Lo que con frecuencia le sucede al niño pequeño, es que traslada a las horas nocturnas, que debería utilizar para descansar y dormir, las situaciones agitadas, bulliciosas y activas que durante el día, de una u otra forma le han afectado, entonces estarán agitados, bulliciosos y activos y se moveran y llorarán aun estando dormidos, situación que se prolonga durante toda la noche. Cuando la actividad del niño ha sido muy intensa durante la tarde o el principio de la noche, la resaca de la dinámica de toda este accionar puede ir más allá del simple activar el movimiento de brazos y piernas cuando está dormido, puede inclusive despertar por completo, para luego dificilmente poder dormir otra vez.

Los padres deben saber que si sus hijos duermen perfectamente bien toda la noche de un solo jalón y empiezan súbitamente a presentar mayor actividad nocturna, presentando sacudidas intensas en la cuna y lloriqueo aun estando dormido, es señal de que están sobrecargados de estímulos en horas e la tarde o al inicio de la noche. Toda esta actividad, les debe indicar el momento de empezar a prestar mayor atención a lo que están haciendo y como lo están haciendo. Seguros que están por sobrepasar el umbral de tolerancia del niño, y su mente empieza a activarse más allá de lo que le es conveniente y necesario. Recuerden que la sobre estimulación no es buena ayuda para el cuidado del niño, por el contrario, puede afectar considerablemente su bienestar y su capacidad de auto-control.

La actividad nocturna suave y el lloriqueo ocasional son normales y nos señala que el niño se aproxima a la zona del sueño superficial. Es importante que los padres identifiquen esta dócil actividad como normal. Es frecuente causa de error por parte de los padres el considerar que todos estos movimientos indican que el niño tiene hambre. Esta interpretación errónea los hace salir disparados de sus camas para asistir al niño y darles de comer. Al darles de comer, los niños terminan de despertar y dificilmente volverán a encontrar el camino al sueño profundo. De repetirse esta situación durante varias noches seguidas, será el inicio de futuros problemas y quejas por parte de los padres, que no sabrán identificar en qué momento, ni la causa por la que los niños empezaron a dormir mal, cuando hasta hace poco tiempo atrás lo hacían tan bien.

Hay que insistir que se debe evitar la exagerada y desmedida estimulación del niño a horas inadecuadas y recordar que esta puede venir de elementos extraños al entorno familiar, los que son aún más difíciles de controlar.


A mi bebé le sudan mucho las manos, los pies y la cabeza durante toda la noche.

Que los bebés suden con intensidad en manos, pies y cabezas es completamente normal. Algunos niños sudan más que otros al dormir, en general todos sudan bastante.  Los padres se asombran, cuando ven la cunita completamente mojada y el bebé dormido tranquilo, al tocarlo suda abundantemente por las manos, los pies y la cabeza. Algunos niños sudan. Algunos sudan todos los días, otros solo presentan sudoración abundante esporádicamente.

No se sabe por què sudan de manera tan intensa durante la noche los bebés, es probable que paradójicamente les suba un poquito la temperatura durante la noche y esto los haga sudar.
La sudoración intensa puede estar asociada a algunas enfermedades, los padres saben esto y les causa gran angustia. No debemos olvidar que en ocasiones esta sudoración pudiese estar asociada a algún problema en particular.

En general, en las enfermedades asociadas a sudoración nocturna están presentes otros signos y síntomas, como pueden ser; pobre ganancia de peso y talla, la falta de interés por los alimentos, evacuaciones con baja consistencia y frecuentes, labios cianóticos al comer, dificultad respiratoria y tos, etc.

Es prudente chequear si el sudor que el bebé está presentando durante la noche es muy salado. Una prueba fácil es que los padres tomen con su dedo un poquito de sudor y lo prueben, si sienten que es muy salado, deberán avisar.

El niño que suda mucho se puede enfriar durante la noche, lo que no es nada conveniente. Este enfriamiento nocturno puede hacer que el niño no gane peso ni talla al quemar calóricas extras en compensar  el enfriamiento nocturno, además puede causar problemas respiratorios y dificultad para dormir, presentando despertares nocturnos frecuentes por la sensación de frío e incomodidad. Otro de los problemas  que se puede presentar con la sudoración excesiva es la sudamina, una serie de lesiones rojizas y puntiformes en los pliegues del cuello, brazos y piernas, así como en la frente, tronco y en la espalda. En ocasiones, la sudamina puede ser tan intensa que se presenten lesiones en forma de micro ampollas puntiformes muy molestas, que hacen que el  niño este irritable, llorón y no pueda dormir por la agitación causada. La sudamina es causa frecuente de consulta al pediatra.

Cuando el niño suda mucho, los padres deben levantarse a media noche o en horas de la madrugada a chequear si el niño o la cuna están muy mojadas, de ser así, no tinen más alternativa que con mucho cuidado, sin llegar a despertar al niño sacarle la ropa, secar la piel y poner ropa seca. Este proceder en no pocas ocasiones deberán repetirlo varias veces durante la noche.

 
 
 
Mi hijo se despierta todas las noches. No deja de llorar hasta que lo saco de la cuna y lo pongo a dormir en mi cama.

El apego es una condición natural de los seres vivos, cuando alguna situación que no pueden controlar se presenta, sean estas causadas por agentes externos incontrolables o por situaciones inherentes a su ser interior, todos los bebés quieren estar junto a sus madres. Mientras más desarrollado en la escala natural, más apego y dependencia existe con los padres. Un pollito nace y se separa de sus congéneres rápidamente. Un delfín o un elefante permanecerán junto a sus padres por largo período de tiempo.

El que un niño al despertar quiera estar junto a sus padres es normal. El que los padres quieran estar junto a sus hijo cuando estos expresen alguna necesidad es normal. la pregunta clave es; ¿ cuánto y hasta cuándo este impulso natural de los seres superiores a dar apoyo a las necesidades básicas de los hijos es normal?

A diferencia de otros seres superiores en la escala natural, el hombre tiene necesidades y actividades mucho más complejas. Algún día, el niño va a tener que ir al colegio, a la escuela superior, al mercado, para trabajar. Algún día el niño va a tener que agarrar la cucharita y va a tener que dormir solito. Los padres o las personas a cargo de los niños, son las que establecen cuando van a tener estos que ir adquiriendo independencia en las diferentes etapas de la vida, para poder enfrentar las situaciones nuevas y cambiantes que se van a ir presentando.

La sociedad en su conjunto ha establecido normas y pautas de comportamiento, esto genera presiones fuertes para poder incrustar  e incluir a los niños dentro de ellas. la decisión final de cómo y cuándo hay que echarlos a andar por este camino la tienen los padres. El camino está trazado, el echar andar por este o el irse por el sendero opuesto solo depende de los padres. La confrontación de los jóvenes frente a esta realidad, se ha plasmado en diversos movimientos por todo el mundo, el más significativo y reconocido de estos grupos fue el movimiento hippie en los años 70, que arrancó en Estados Unidos para extenderse con furos por todo el mundo a los pocos años de su fundación.Si unos padres quieren que su hijo empiece la escuela a los 10 años de edad es su decisión, pero deberán reflexionar sobre los inconvenientes a lo que esto conlleva. Si unos padres quieren que su hijo duerma con ellos hasta  que cumpla los dieciocho años , es decisión de ellos, pero debemos hacerlos reflexionar sobre todos los problemas que esto  les puede ocasionar.Construir  desde que el niño  es muy pequeño  patrones de independencia y autocontrol, es una herramienta indispensable para que puedan alcanzar el éxito futuro en un contexto de armonía y felicidad plena. Ponerlos a dormir solitos en sus cuartos desde muy temprana edad, parece ser lo más indicado para empezar a trabajar en todo ello desde muy pequeños.


 



Bañarlo en la noche puede ayudar al buen dormir del niño.

Depende mucho de cada niño, hay bebés que son muy inquietos y exaltados, el baño difícilmente les calma. Ellos se excitan, gritan, y hacen un gran alboroto, son tan cómicos y divertidos que los padres se enganchan fácilmente en sus juegos, y empiezan con ellos a jugar, cantar y sacudir todo el cuarto de baño. Los bebés salpicarán espumas y caricias que se clavarán en los recuerdos de los padres, para acompañarlos por siempre. Otros bebés son dóciles, se relajan plácidamente con un baño tibio para deliciosamente ir adentrándose con dulzura en el sueño, con su ternura abrazarán el corazón de mamá y de papá y harán susurrar en sus almas el néctar de los ángeles eternamente.

Es dificil saber cuàl va a ser el comportamiento de cada niño frente al baño nocturno para inducir el sueño. los padres deben probar y calificar la respuesta que observan en sus hijos. Si se calman y se adormecen es perfecto, pero si el loquito que llevan por dentro se despierta no se debe insistir con el baño nocturno.

El baño nocturno debe incluirse dentro de la rutina para inducir  el sueño como un elemento màs, no como el eje central de todo el proceso. Por ejemplo: se debe empezar apagando las luces del salón, el comedor, la cocina y el área de juego de la casa, dejar solo encendida la luz de la habitación del niño y la del cuarto de baño. apagar el televisor y la radio, se puede jugar suavemente con el niño, leer un cuento, bajar la intensidad de la luz del cuarto del bebé, dejar encendida la luz del cuarto de baño, preparar los utensilios del baño. Con agua tibia ejecutar el baño moviendo suave y rutinariamente el jabón por todo su cuerpo, empezando por los pies y subiendo hasta terminar en la carita y el cuero cabelludo. Este baño no debe durar más de diez minutos, secar suavemente sin estimular sus receptores táctiles, colocar el pañal y el pijama, sentarse en la mecedora, ofrecer el biberón con seis u ocho onzas de leche, mecerlo suavemente una vez terminado de comer, no permitir que se quede dormido en los brazos y antes de que esto suceda colocarlo en la cuna, que le digan buenas noches y que lo aman, alejarse entonces de la habitación y apagar la luz. Que no cierren la puerta completamente. Si el bebé reclama la presencia materna, no deben asistirlo a menos que estén convencidos de que algo malo está sucediendo. El baño nocturno se puede combinar con el baño del mediodía, el cual debe ser prolongado y lleno de estímulos y juegos a diferencia del de la noche.

Procurar no hacer ruido, que entienda que el día se está acabando y que la hora de dormir se aproxima.



El niño duerme profundamente toda la tarde, pero en la noche no duerme nada.

A esta situación hay que ponerle reparo inmediato, de continuar va apuntalar en el niño el insomnio infantil, el que va a ser muy difícil  de revertir.

La estrategia para resolver esta situación, comienza por cambiar el patrón de sueño vespertino que el niño tiene, para ello, hay que restar horas de sueño en la tarde, luego el niño debe auto organizar su horario de sueño a un horario concentrado en la noche. Los padres deben evitar que duerma durante  la tarde en un ambiente  oscuro y silencioso, él no debe confundir la tarde con la noche. Una vez identificadas y corregidas las causas que hacen que el niño duerma muchas horas en la tarde, se debe empezar a despertar. Hay que empezar por aumentar la cantidad de luz en la habitación, para luego incrementar los sonidos y si todo esto no lo activa, sacarlo de la cuna y procurar despertarlo suavemente si pasa más de 2 horas dormido durante la tarde. Al despertarlo hay que mantenerlo activo, hasta la hora que se haya escogido para arrancar con la rutina para inducir al niño en el buen dormir, jugar un par de horas con ellos, darles algo de comer y evitar meriendas copiosas, ellas pudiesen ser un elemento que no ayude en nada a resolver la situación. Este despertar debe ser, en la medida de lo posible, agradable para el niño, ellos terminan agradeciéndolo y se sienten felices al dejar de dormir para ponerse a jugar.

Al llegar la noche, con una estrategia clara y sencilla, se les debe indicar el sendero que los conduzca al buen dormir. Que no lo duerman, que lo suelten en la cuna antes de que termine de quedarse dormido. Los padres deben tener confianza en sus pequeños hijos y demostrar con palabras y gestos que son capaces de organizarse y dormirse por sí solos.

Hay niños que nacen con una gran capacidad de autocontrol y de auto organización, estos niños con un poquito de suerte, tienen garantizado el éxito en la vida. sin embargo, hay quienes no tienen este don, pero al ayudarlos a enfrentar sus conflictos corporales y mentales en el día a día del buen dormir, escavamos muy en lo profundo de su ser, y vamos sacando de su interior el auto control y la capacidad de auto organización que tienen enclavada profundamente, y todo ello, los ayuda no solo al buen dormir, sino a lograr un futuro exitoso y feliz.
 



El bebé mueve intensamente la cabeza de un lado para el otro cuando esta dormido.

La jactación son los movimientos repetitivos y relativamente intensos que con frecuencia el niño ejecuta todas las noches. La jactación es motivo de gran preocupación por parte de los padres, al ver en estos movimientos gran parecido con los movimientos repetitivos que los niños autistas en su encierro emocional realizan, también son motivo de preocupación al pensar que pudiese el niño estar convulsionando. Para tranquilidad de los padres hay que señalar que la jactación no tiene ninguna relación con el autismo ni con la epilepsia.

Cuando la jactación es muy intensa, existe la posibilidad de que el niño se golpee con tal fuerza  que se puede hacer daño, entonces es conveniente colocar protectores de goma en los barrotes de la cuna y hacer lo propio para proteger la pared de los golpes que la cuna puede ocasionar.

La jactación debe desaparecer espontáneamente con el pasar del tiempo, es raro que se prolongue hasta los dos años de edad. En muy pocas ocasiones se indica alguna medicación, esta se administra cuando la jactación es muy intensa, se puede indicar algun relajante para que el niño duerma sin presentar el fuerte movimiento, o bien, para que cuando se presente sea de baja intensidad y no cause problemas al niño y los padres se sien an menos angustiados.

 
Mi hijo se despierta todas las noches. Empieza a llorar desconsolado pero cuando lo saco de la cuna se calma. Lo duermo meciéndolo o caminando. Apenas intento volver a ponerlo en la cuna, empieza a llorar nuevamente.

Esta madre realmente está metida en problemas. Cuando el niño presenta esta situación, todos sus receptores sensoriales se activan al desprenderse de los brazos de la madre y apoya la espalda en la cuna. Al activarse los receptores, irrumpe automáticamente en llanto y solo podrá dormir al desbloquear todos estos receptores sensoriales que están saturados por el contacto con el colchón y la cuna.

Existen solo dos maneras de cambiar este patrón;  la primera, dejándolo llorar hasta que el cansancio lo domine, en menos de siete días se acostumbra a dormir por cuenta propia, el corazón de la madre se marchitará y los oídos de los vecinos reventarán, pues el bebé va a llorar por horas antes de caer cansado y desconsolado. La segunda, es una manera lenta de afrontar el problema pero menos traumática, se le debe mecer y pasear por periodos de tiempo cada vez más cortos y colocarlo en la cuna para dejarlo por períodos cada vez más cortos pues el niño rápido se dormirá. Cuando los períodos de llanto en la cuna cortos se les debe dejar solito . Llorará un par de días, por un tiempo muy corto y se acabo el problema. Algunos de estos niños necesitan algún soporte medicamentoso durante este período de adaptación.