jueves, 1 de noviembre de 2012

PREGUNTAS DEL 4TO AL 8VO MES

Mi bebé de 4 meses se levanta para comer a las tres de la mañana.

Que un niño de 4 meses de edad se levante para comer una vez durante la madrugada es completamente normal, esto se observa en seis de cada diez niños aproximadamente. Hay que entender que el proceso de maduración no es un evento uniforme, existe una variabilidad normal en el desarrollo del ser humano, por lo que algunos niños maduran más rápido que otros, con discretas diferencias de tiempo en la adquisición de las diversas habilidades y destrezas propias de cada edad. Estas pequeñas discrepancias en los tiempos de adquisición de las destrezas no representan problema alguno, al final del camino, si el niño es un bebé sin problemas, se va a emparejar con los demás niños en cuanto a lo que el dormir se refiere. Es muy agotador, luego de cuatro meses de nacido el niño, tener que seguir levantándose para darle de comer, aunque sea una sola vez en la madrugada. Sin embargo, si los padres entienden que este es un hecho completamente normal en algunos niños, y en consecuencia, lo más probable es que el niño en cualquier momento empiece a dormir toda la noche, podrán sobrellevar el trabajo extra que esto representa con una aptitud más en positivo, pues estarán seguros y convencidos de que su hijo estará bien.  

Hay que estar muy pendientes de que no empiecen a pedir de comer màs de una vez en la madrugada. Con frecuencia los padres consideran que se està quedando con hambre y les ofrecen alimentos que realmente no necesitan, con el riesgo de aumentar innecesariamente el aporte calòrico diario, por lo que el riesgo de sobrepeso se incrementa. Cuando se continua dando alimentos a pesar de que los niños no lo solicitan, de una vez que se estaba despertando en la noche para comer, empezarà a levantarse tres y cuatro veces, retrocediendo a etapas que estaban completamente superadas. No se dejen confundir, la normalidad es que se levanten una sola vez en la noche; no tres ni cuatro. Se les debe dar de comer una sola vez, no les va a pasar nada por que lloren un rato, al poco tiempo se dormirán. Un pequeño grupo de niños, puede  levantarse para comer una sola vez en la madrugada durante todo el primer año de la vida.

Si un bebé cumple los seis meses de edad y continua con esta práctica, llegó el momento de empezar a trabajar en ello. cuanto antes comiencen les será más fácil a los padres cambiar el patrón de alimentación. Deberán ser firmes y empezar a dar menos cantidad de leche en la noche, para luego ir diluyéndola, hasta pasar solo a teteros con agua. Se deben chequear los posibles errores en cuanto al esquema de alimentación que con el niño se han adoptado y corregirlos rápidamente, para luego poder seguir trabajando con el sueño alterado.

 
 

Mi hijo de 6 meses no quiere dormir, pelea contra el sueño. Yo se que esta cansado pero no
quiere dormir.

Es muy frecuente que esto suceda, a esta edad los niños lo que quieren es jugar, explorar y curiosear. El mundo que se abre a sus sentidos, tan pleno de colores, sonidos y olores es tan maravilloso y lleno de esplandor, que lo que desean es seguir saboreando ese entorno de sensaciones placenteras y exitantes. Lucharàn contra todo aquello que intente, asì sea por segundos, arrancarlos de este encuentro sorprendente con la realidad.

En esta lucha titànica entre lo que su cuerpo quiere y su mente exige, se crea una contradiccion que explota en rabia, irritaciòn y agotamiento que los catapulta al insomnio. Si no han desarrollado todavìa las herramientas para auto consolarse y auto regularse, la crisis se vuelve còlera incontrolable.

Los padres con frecuencia interpretan este momento crítico como un capricho de su hijo, al igual que ellos, el niño no sabe qué le pasa ni cómo resolverlo. Si los padres se ponen histéricos y rabiosos solo complicarán más el asunto al encharcar y saturar con más estímulos los ya muy sobrecargados sensores de su hijo.

Aunque lo que le esta sucediendo al niño es normal y transitorio, los padres deberàn junto al niño empezar a trabajar estas situaciòn, de manera tal, de que el niño adquiera las herramientas para su autocontrol. Es muy importnte que los padres no terminen formando parte del desorden y de la cascada de estìmulos que salpican al niño en ese momento.

No se les debe gritar, no se les debe sacudir, no se les debe dar palmadas, mucho menos pegar o golpear. Que no les canten, que no los paseen de brazos en brazos todas las personas que habitan en la casa. Hay que evitar formar parte de la comparsa de estímulos del entorno.  Los padres no se deben enganchar en la crisis.

Los padres deberàn prepararse, al menos una hora antes,  de que empiece la crisis. Se deben apagar las luces de la casa progresivamente, bajar paulatinamente los sonidos habituales que existan en la casa, evitar visitas de amigos o familiares,  se debe apaguar el telèfono mòvil y cualquier aparato que pueda sùbitamente sonar y desquebrajar de un sopetòn el trabajo que se viene realizando.

Que inicien la rutina para inducir el sueño con disciplina y sin distracciones, para terminar colocando al niño en la cuna, que se queden junto al niño por cinco a diez minutos y luego deben dejarlo solo. Èl llorarà al principio, pero al poco tiempo debe empezar a dormir por sì solo y sin tanta lucha, su mente y su cuerpo dejaràn de batallar para empezar a andar caminos de armonía.

Esta situación puede ser transitoria y a los pocos días el niño volver a lidiar contra el dormir. Se debe entonces retomar con igual intensidad todo lo anteriormente señalado.
 

 
Mi hijo de 6 meses no duerme durante el día. No hace la siesta.

El niño  a esta edad empieza a descubrir el mundo que le circunda, y lo que va descubriendo es tan maravilloso que no quiere apartarse ni por un instante de èl. Al bebè no solo le cautiva y le exita lo que se presenta frente a èl, sino que empieza a descubrir su ser corporal y mental, lo que tambièn le cautiva y exita. En este encuentro de sensacioes y experiencias nuevas surgen contradicciones sensoriales y corporales muy fuertes, que si bien es cierto, lo impulsan hacia adelante hacia el futuro, tambien lo anclan y lo estancan por periodos cortos de tiempo en el pasado, inclusive pareciese que no avanzan.

La siesta es el complemento de las horas que el niño debe dormir en la noche. A esta edad ellos deben dormir de diez a doce horas al día. El que no duerman la siesta no implica que en la noche van a dormir más. Lo que suele suceder, es  que al no dormir la siesta, el niño está irritable y le será difícil conciliar el sueño en la noche.

El niño actual, en general lleva una vida empantanada en colores y sonidos muy intensos. Los colores vivos saturan la ropa, los juguetes, los utensilios del cuidado diario, el ambiente en que crecen los niños están salpicados con colores penetrantes, además le colocamos sonidos a cuanto cacharro se utilice en el cuidado del niño, cepillos con música, maraquitas electrónicas, chupones musicales, etc. Pensar que estos cachivaches no le van a quitar el sueño durante el día es difícil de creer, es ingenuo pensar esto. Los niños, no deben ser educados en una burbuja aislada de la realidad. Esta es la vida que les toca vivir, con lo bueno y lo malo de ella. Debemos entender que patrones de comportamiento que antes eran habituales, como la siesta, pueden desaparecer.

Tenemos la obigaciòn de compensar al niño y de reencontrar el tiempo perdido en horas de descanso. Los padres, la familia y la escuela deben ofrecer momentos de tranquilidad y sosiego durante el dìa, de manera tal, de que aunque no duerman, tampoco estèn sobre estimulados, pues ello a nada bueno conduce. Es obligante no arrastrarlos a la cotidianidad de los adultos, ellos no estàn equipados con las mismas herramientas para enfrentar las situaciones de descarga adrenalìnica en la que el adulto se encuentra en su actividad diaria.

Si el niño no duerme en la tarde, hay que evitar sobrecargarlo en estìmulos a estas horas,`pues en la noche seguiràn por inercia muy exitados. Entonces ni de dìa, ni de noche hallaràn el descanso.




Creo tiene pesadillas porque se mueve y llora mucho al dormir.

Las representaciones mentales plenas de pensamientos tenebrosos o catastróficos como los adultos las entendemos, no existen en la mente de los niños tan pequeños. Las pesadillas son representaciones mentales que aparecen en el niño más grande y son causa de mucha angustia y perturbación.

Lo que con frecuencia le sucede al niño pequeño, es que traslada a las horas nocturnas, que debería utilizar para descansar y dormir, las situaciones agitadas, bulliciosas y activas que durante el día, de una u otra forma le han afectado, entonces estarán agitados, bulliciosos y activos y se moveran y llorarán aun estando dormidos, situación que se prolonga durante toda la noche. Cuando la actividad del niño ha sido muy intensa durante la tarde o el principio de la noche, la resaca de la dinámica de toda este accionar puede ir más allá del simple activar el movimiento de brazos y piernas cuando está dormido, puede inclusive despertar por completo, para luego dificilmente poder dormir otra vez.

Los padres deben saber que si sus hijos duermen perfectamente bien toda la noche de un solo jalón y empiezan súbitamente a presentar mayor actividad nocturna, presentando sacudidas intensas en la cuna y lloriqueo aun estando dormido, es señal de que están sobrecargados de estímulos en horas e la tarde o al inicio de la noche. Toda esta actividad, les debe indicar el momento de empezar a prestar mayor atención a lo que están haciendo y como lo están haciendo. Seguros que están por sobrepasar el umbral de tolerancia del niño, y su mente empieza a activarse más allá de lo que le es conveniente y necesario. Recuerden que la sobre estimulación no es buena ayuda para el cuidado del niño, por el contrario, puede afectar considerablemente su bienestar y su capacidad de auto-control.

La actividad nocturna suave y el lloriqueo ocasional son normales y nos señala que el niño se aproxima a la zona del sueño superficial. Es importante que los padres identifiquen esta dócil actividad como normal. Es frecuente causa de error por parte de los padres el considerar que todos estos movimientos indican que el niño tiene hambre. Esta interpretación errónea los hace salir disparados de sus camas para asistir al niño y darles de comer. Al darles de comer, los niños terminan de despertar y dificilmente volverán a encontrar el camino al sueño profundo. De repetirse esta situación durante varias noches seguidas, será el inicio de futuros problemas y quejas por parte de los padres, que no sabrán identificar en qué momento, ni la causa por la que los niños empezaron a dormir mal, cuando hasta hace poco tiempo atrás lo hacían tan bien.

Hay que insistir que se debe evitar la exagerada y desmedida estimulación del niño a horas inadecuadas y recordar que esta puede venir de elementos extraños al entorno familiar, los que son aún más difíciles de controlar.


A mi bebé le sudan mucho las manos, los pies y la cabeza durante toda la noche.

Que los bebés suden con intensidad en manos, pies y cabezas es completamente normal. Algunos niños sudan más que otros al dormir, en general todos sudan bastante.  Los padres se asombran, cuando ven la cunita completamente mojada y el bebé dormido tranquilo, al tocarlo suda abundantemente por las manos, los pies y la cabeza. Algunos niños sudan. Algunos sudan todos los días, otros solo presentan sudoración abundante esporádicamente.

No se sabe por què sudan de manera tan intensa durante la noche los bebés, es probable que paradójicamente les suba un poquito la temperatura durante la noche y esto los haga sudar.
La sudoración intensa puede estar asociada a algunas enfermedades, los padres saben esto y les causa gran angustia. No debemos olvidar que en ocasiones esta sudoración pudiese estar asociada a algún problema en particular.

En general, en las enfermedades asociadas a sudoración nocturna están presentes otros signos y síntomas, como pueden ser; pobre ganancia de peso y talla, la falta de interés por los alimentos, evacuaciones con baja consistencia y frecuentes, labios cianóticos al comer, dificultad respiratoria y tos, etc.

Es prudente chequear si el sudor que el bebé está presentando durante la noche es muy salado. Una prueba fácil es que los padres tomen con su dedo un poquito de sudor y lo prueben, si sienten que es muy salado, deberán avisar.

El niño que suda mucho se puede enfriar durante la noche, lo que no es nada conveniente. Este enfriamiento nocturno puede hacer que el niño no gane peso ni talla al quemar calóricas extras en compensar  el enfriamiento nocturno, además puede causar problemas respiratorios y dificultad para dormir, presentando despertares nocturnos frecuentes por la sensación de frío e incomodidad. Otro de los problemas  que se puede presentar con la sudoración excesiva es la sudamina, una serie de lesiones rojizas y puntiformes en los pliegues del cuello, brazos y piernas, así como en la frente, tronco y en la espalda. En ocasiones, la sudamina puede ser tan intensa que se presenten lesiones en forma de micro ampollas puntiformes muy molestas, que hacen que el  niño este irritable, llorón y no pueda dormir por la agitación causada. La sudamina es causa frecuente de consulta al pediatra.

Cuando el niño suda mucho, los padres deben levantarse a media noche o en horas de la madrugada a chequear si el niño o la cuna están muy mojadas, de ser así, no tinen más alternativa que con mucho cuidado, sin llegar a despertar al niño sacarle la ropa, secar la piel y poner ropa seca. Este proceder en no pocas ocasiones deberán repetirlo varias veces durante la noche.

 
 
 
Mi hijo se despierta todas las noches. No deja de llorar hasta que lo saco de la cuna y lo pongo a dormir en mi cama.

El apego es una condición natural de los seres vivos, cuando alguna situación que no pueden controlar se presenta, sean estas causadas por agentes externos incontrolables o por situaciones inherentes a su ser interior, todos los bebés quieren estar junto a sus madres. Mientras más desarrollado en la escala natural, más apego y dependencia existe con los padres. Un pollito nace y se separa de sus congéneres rápidamente. Un delfín o un elefante permanecerán junto a sus padres por largo período de tiempo.

El que un niño al despertar quiera estar junto a sus padres es normal. El que los padres quieran estar junto a sus hijo cuando estos expresen alguna necesidad es normal. la pregunta clave es; ¿ cuánto y hasta cuándo este impulso natural de los seres superiores a dar apoyo a las necesidades básicas de los hijos es normal?

A diferencia de otros seres superiores en la escala natural, el hombre tiene necesidades y actividades mucho más complejas. Algún día, el niño va a tener que ir al colegio, a la escuela superior, al mercado, para trabajar. Algún día el niño va a tener que agarrar la cucharita y va a tener que dormir solito. Los padres o las personas a cargo de los niños, son las que establecen cuando van a tener estos que ir adquiriendo independencia en las diferentes etapas de la vida, para poder enfrentar las situaciones nuevas y cambiantes que se van a ir presentando.

La sociedad en su conjunto ha establecido normas y pautas de comportamiento, esto genera presiones fuertes para poder incrustar  e incluir a los niños dentro de ellas. la decisión final de cómo y cuándo hay que echarlos a andar por este camino la tienen los padres. El camino está trazado, el echar andar por este o el irse por el sendero opuesto solo depende de los padres. La confrontación de los jóvenes frente a esta realidad, se ha plasmado en diversos movimientos por todo el mundo, el más significativo y reconocido de estos grupos fue el movimiento hippie en los años 70, que arrancó en Estados Unidos para extenderse con furos por todo el mundo a los pocos años de su fundación.Si unos padres quieren que su hijo empiece la escuela a los 10 años de edad es su decisión, pero deberán reflexionar sobre los inconvenientes a lo que esto conlleva. Si unos padres quieren que su hijo duerma con ellos hasta  que cumpla los dieciocho años , es decisión de ellos, pero debemos hacerlos reflexionar sobre todos los problemas que esto  les puede ocasionar.Construir  desde que el niño  es muy pequeño  patrones de independencia y autocontrol, es una herramienta indispensable para que puedan alcanzar el éxito futuro en un contexto de armonía y felicidad plena. Ponerlos a dormir solitos en sus cuartos desde muy temprana edad, parece ser lo más indicado para empezar a trabajar en todo ello desde muy pequeños.


 



Bañarlo en la noche puede ayudar al buen dormir del niño.

Depende mucho de cada niño, hay bebés que son muy inquietos y exaltados, el baño difícilmente les calma. Ellos se excitan, gritan, y hacen un gran alboroto, son tan cómicos y divertidos que los padres se enganchan fácilmente en sus juegos, y empiezan con ellos a jugar, cantar y sacudir todo el cuarto de baño. Los bebés salpicarán espumas y caricias que se clavarán en los recuerdos de los padres, para acompañarlos por siempre. Otros bebés son dóciles, se relajan plácidamente con un baño tibio para deliciosamente ir adentrándose con dulzura en el sueño, con su ternura abrazarán el corazón de mamá y de papá y harán susurrar en sus almas el néctar de los ángeles eternamente.

Es dificil saber cuàl va a ser el comportamiento de cada niño frente al baño nocturno para inducir el sueño. los padres deben probar y calificar la respuesta que observan en sus hijos. Si se calman y se adormecen es perfecto, pero si el loquito que llevan por dentro se despierta no se debe insistir con el baño nocturno.

El baño nocturno debe incluirse dentro de la rutina para inducir  el sueño como un elemento màs, no como el eje central de todo el proceso. Por ejemplo: se debe empezar apagando las luces del salón, el comedor, la cocina y el área de juego de la casa, dejar solo encendida la luz de la habitación del niño y la del cuarto de baño. apagar el televisor y la radio, se puede jugar suavemente con el niño, leer un cuento, bajar la intensidad de la luz del cuarto del bebé, dejar encendida la luz del cuarto de baño, preparar los utensilios del baño. Con agua tibia ejecutar el baño moviendo suave y rutinariamente el jabón por todo su cuerpo, empezando por los pies y subiendo hasta terminar en la carita y el cuero cabelludo. Este baño no debe durar más de diez minutos, secar suavemente sin estimular sus receptores táctiles, colocar el pañal y el pijama, sentarse en la mecedora, ofrecer el biberón con seis u ocho onzas de leche, mecerlo suavemente una vez terminado de comer, no permitir que se quede dormido en los brazos y antes de que esto suceda colocarlo en la cuna, que le digan buenas noches y que lo aman, alejarse entonces de la habitación y apagar la luz. Que no cierren la puerta completamente. Si el bebé reclama la presencia materna, no deben asistirlo a menos que estén convencidos de que algo malo está sucediendo. El baño nocturno se puede combinar con el baño del mediodía, el cual debe ser prolongado y lleno de estímulos y juegos a diferencia del de la noche.

Procurar no hacer ruido, que entienda que el día se está acabando y que la hora de dormir se aproxima.



El niño duerme profundamente toda la tarde, pero en la noche no duerme nada.

A esta situación hay que ponerle reparo inmediato, de continuar va apuntalar en el niño el insomnio infantil, el que va a ser muy difícil  de revertir.

La estrategia para resolver esta situación, comienza por cambiar el patrón de sueño vespertino que el niño tiene, para ello, hay que restar horas de sueño en la tarde, luego el niño debe auto organizar su horario de sueño a un horario concentrado en la noche. Los padres deben evitar que duerma durante  la tarde en un ambiente  oscuro y silencioso, él no debe confundir la tarde con la noche. Una vez identificadas y corregidas las causas que hacen que el niño duerma muchas horas en la tarde, se debe empezar a despertar. Hay que empezar por aumentar la cantidad de luz en la habitación, para luego incrementar los sonidos y si todo esto no lo activa, sacarlo de la cuna y procurar despertarlo suavemente si pasa más de 2 horas dormido durante la tarde. Al despertarlo hay que mantenerlo activo, hasta la hora que se haya escogido para arrancar con la rutina para inducir al niño en el buen dormir, jugar un par de horas con ellos, darles algo de comer y evitar meriendas copiosas, ellas pudiesen ser un elemento que no ayude en nada a resolver la situación. Este despertar debe ser, en la medida de lo posible, agradable para el niño, ellos terminan agradeciéndolo y se sienten felices al dejar de dormir para ponerse a jugar.

Al llegar la noche, con una estrategia clara y sencilla, se les debe indicar el sendero que los conduzca al buen dormir. Que no lo duerman, que lo suelten en la cuna antes de que termine de quedarse dormido. Los padres deben tener confianza en sus pequeños hijos y demostrar con palabras y gestos que son capaces de organizarse y dormirse por sí solos.

Hay niños que nacen con una gran capacidad de autocontrol y de auto organización, estos niños con un poquito de suerte, tienen garantizado el éxito en la vida. sin embargo, hay quienes no tienen este don, pero al ayudarlos a enfrentar sus conflictos corporales y mentales en el día a día del buen dormir, escavamos muy en lo profundo de su ser, y vamos sacando de su interior el auto control y la capacidad de auto organización que tienen enclavada profundamente, y todo ello, los ayuda no solo al buen dormir, sino a lograr un futuro exitoso y feliz.
 



El bebé mueve intensamente la cabeza de un lado para el otro cuando esta dormido.

La jactación son los movimientos repetitivos y relativamente intensos que con frecuencia el niño ejecuta todas las noches. La jactación es motivo de gran preocupación por parte de los padres, al ver en estos movimientos gran parecido con los movimientos repetitivos que los niños autistas en su encierro emocional realizan, también son motivo de preocupación al pensar que pudiese el niño estar convulsionando. Para tranquilidad de los padres hay que señalar que la jactación no tiene ninguna relación con el autismo ni con la epilepsia.

Cuando la jactación es muy intensa, existe la posibilidad de que el niño se golpee con tal fuerza  que se puede hacer daño, entonces es conveniente colocar protectores de goma en los barrotes de la cuna y hacer lo propio para proteger la pared de los golpes que la cuna puede ocasionar.

La jactación debe desaparecer espontáneamente con el pasar del tiempo, es raro que se prolongue hasta los dos años de edad. En muy pocas ocasiones se indica alguna medicación, esta se administra cuando la jactación es muy intensa, se puede indicar algun relajante para que el niño duerma sin presentar el fuerte movimiento, o bien, para que cuando se presente sea de baja intensidad y no cause problemas al niño y los padres se sien an menos angustiados.

 
Mi hijo se despierta todas las noches. Empieza a llorar desconsolado pero cuando lo saco de la cuna se calma. Lo duermo meciéndolo o caminando. Apenas intento volver a ponerlo en la cuna, empieza a llorar nuevamente.

Esta madre realmente está metida en problemas. Cuando el niño presenta esta situación, todos sus receptores sensoriales se activan al desprenderse de los brazos de la madre y apoya la espalda en la cuna. Al activarse los receptores, irrumpe automáticamente en llanto y solo podrá dormir al desbloquear todos estos receptores sensoriales que están saturados por el contacto con el colchón y la cuna.

Existen solo dos maneras de cambiar este patrón;  la primera, dejándolo llorar hasta que el cansancio lo domine, en menos de siete días se acostumbra a dormir por cuenta propia, el corazón de la madre se marchitará y los oídos de los vecinos reventarán, pues el bebé va a llorar por horas antes de caer cansado y desconsolado. La segunda, es una manera lenta de afrontar el problema pero menos traumática, se le debe mecer y pasear por periodos de tiempo cada vez más cortos y colocarlo en la cuna para dejarlo por períodos cada vez más cortos pues el niño rápido se dormirá. Cuando los períodos de llanto en la cuna cortos se les debe dejar solito . Llorará un par de días, por un tiempo muy corto y se acabo el problema. Algunos de estos niños necesitan algún soporte medicamentoso durante este período de adaptación.