Durante el primer año de la vida el evidente desarrollo de la motricidad, hace facil comprender todo lo señalado por Piaget, en el segundo año de la vida, los complicados vìnculos de relaciones que establece el niño, no hacen fàcil la comprensiòn de todo esto, por ello, los padres pueden sentir con gran frecuencia la terrible sensaciòn de que son incapaces de enfrentar, con la certeza de que lo estàn haciendo bien., muchos de los acontecimientos que en la vida de relaciòn observan en sus hijos.
La errada y frecuente impresiòn de que el niño tiene una mayor capacidad cognitiva, al observar los avances que en otras àreas alcanza, hace que los padres tomen medidas de castigo desmedidas, estableciendo en muchas ocasiones lìmites que el niño es incapaz de entender. Es obligatorio que los padre, ubiquen el justo nivel de comprensiòn que sus hijos han alcanzado, y desde esta posiciòn aproximarse con objetividad al nivel cognitivo en que nuestro amiguito se encuentra.
El desarrollo de la comprensiòn crece en la medida que el niño integra conceptos nuevos en su cerebro. Los conceptos, son el resultado de la uniòn de varias experiencias, sean estas buenas o malas. Los conceptos siempre estàn salpicados por emociones, tienen un matiz afectivo positivo o negativo. La calidad del concepto depende del impacto sensorial que cause en el omento inicial y las emociones que en la memoria se hayan sembrado con anterioridad.
El aprendizaje de los conceptos es un proceso lento, prolongado, dificil y en no pocas ocasiones llenos de entuertos y callejones sin aparentes salidas, esto es debido, sobre todo, a la capacidad limitada del niño, en cuanto a los precarios conocimientos formales, el desconocimiento de las pautas y patrones de comportamiento socialmente aceptados, y el pobre portafolio de experiencias que tienen. Los niños, no pueden percibir un objeto o una situaciòn de la misma forma que papà y mamà, no tienen los conceptos para ello.
Nuestro iracundo corredor es una ensalada intelectual que tiene: un cerebro y sus organos aliados no muy maduros, una cucharadita muy pequeña de capacidad para elaborar conceptos y modificarlos, una pizca de memoria capaz de almacenar las vivencias del dìa a dìa, una gota de capacidad lògica inductiva, deductiva o imaginativa, salpicado todo de mucha sal, pimienta, desorden y emociòn. Presentado todo en una ensaladera hecha con la actitud de la sociedad frente al aprendizaje y otro tanto de la actitud de los padres frente a la educaciòn de sus hijos.
El niño, a medida que crece utiliza para expresar su placer o su displacer los recursos corporales con que cuenta. En el niño pequeño,las expresiones emocionales empiezan con manifestaciones corporales, al principio entre otras veremos, còmo se contorsionan, se resisten, se lanzan al suelo dando patadas y manotazos, màs adelante observaremos; arañazos, mordiscos, rasguños, puñetazos, para luego añadir algo de expresiòn verbal a todas las anteriormente señaladas, finalmente con frecuencia mezclan todas estas expresiones para utilizarlas frente a situaciones que le son desagradables.
Las emociones son utilizadas por los niños para satisfaccer algunas de sus necesidades, ellos aprenden a obtener cierto tipo de beneficios a travès de ellas, y parecen ser capaces de predecir la respuesta que van a obtener se sus padres, en este sentido son capaces de variar la intensidad de sus expresiones emotivas al saber que alguna ganancia obtendràn con ello. Esto se observa cuando a altas horas de la noche piden tomar el biberòn con leche y si no son satisfechos empiezan con el berrinche y las pataletas, saben que haciendo esto mamà correrà a llevarles el biberòn, para que pronto calmen, dejen de llorar y de hacer escàndalos






