viernes, 25 de enero de 2013

PREGUNTAS DEL OCTAVO MES AL AÑO DE EDAD

Mi bebé de ocho meses lo consigo todas las noches meciéndose en cuatro patas a las tres de la madrugada.

Cuando el niño hace esto tiene poco tiempo de haber empezado a gatear. Cuando ellos aprenden a gatear quieren hacerlo de día y de noche, inclusive cuando comen o juegan en los brazos de papá. Quieren gatear, gatear y gatear cada segundo de su existencia, hora tras hora, semana tras semana y nunca parar. Cuando descubren que desplazándose en cuatro patas pueden alcanzar rápidamente todo aquello que antes se encontraba lejos y en consecuencia muy difícil de alcanzar, no paran de gatear y gatear. Ahora, aquellos objetos lejanos que le exigían realizar un gran esfuerzo al tener que arrastrarse y contorsionar su torpe cuerpo sobre si mismo para poder  llegar a ellos los consiguen rápidamente al llegar gateando. Antes, en más de una ocasión, tuvo el niño que llorar sumergido en estridente pataleta, para que al final nadie entendiera que lo que quería era simplemente tocar y levantar la puntita de la alfombra que se arruga debajo del sofá de la sala. Ahora, no tiene que entrar en crisis, sale disparado con rápida y eficiente alternancia de movimiento de sus miembros, para tocar y conseguir lo que quiera.
 
Por  muy poco tiempo, los niños que están empezando a gatear y explotando todas sus potencialidades de desplazamiento, al despertar en la noche no les interesa otra cosa que seguir gateando, ellos no quieren comer, jugar con papá o con mamá. Mucho menos quieren que los acuesten en sus camas para quedarse tranquilamente dormidos en ellas. Ellos lo que quieren es gatear, moverse de un lado a otro para maravillarse con su recién adquirida destreza.
 
Cuando papá se compra una camioneta último modelo o mamá los zapatos que tanto soñó, lo que quieren es usar su carro y sus zapatos nuevos todo el día. Sueñan con la oportunidad de darle uso a los recién adquiridos objetos. El niño se comporta igual que los padres con sus recién adquirida habilidad, el gateo. Los niños lo que quieren es usar su nueva adquisición todo el día.
 
Los padres, cuando vean al niño desplazándose por toda la cuna a las tres de la madrugada como si fueran las doce del mediodía, no tienen  que prestarle mayor atención a su bebé que está empezando a gatear. Que vigilen y cuiden que no existan objetos con los que se pueda hacer daño, que no prendan las luces, que no los existen llamándoles la atención. Pronto, solitos se van a cansar de gatear en la cuna. Al saturarse de la destreza recién descubierta, y empezar a florecer en su vida nuevos acontecimiento maravillosos, el gateo pasará a segundo plano y quedará sumergido en el océano de cosas nuevas que están por sucederle en la maravillosa y esplendida aventura de la vida.

Cuando los padres tiene esta información, además de hacer las cosas bien, se sienten tranquilos y confiados que nada malo está sucediendo con sus hijos.



Mi hijo  de nueve meses se levanta llorando en la madrugada. Al sacarlo de la cuna se tranquiliza. Apenas lo coloco nuevamente en la cuna empieza a llorar. Asì pasamos toda la noche. ¿ Què puedo hacer?

 
Los padres de estos niños, realmente estàn metidos en un gran problema. Si el niño a los nueve meses de edad se encuentra en esta situaciòn, existen varias razones por las que esto ocurre, las dos màs frecuentes son: Que el niño este padeciendo de insomnio infantil o que todo sea el resultado de la suma de errores realizados en los primeros meses de la vida del niño. En cuanto a lo que al buen dormir se refiere, la conducta a seguir es la misma sea cual sea la causa. Identificar la razón por la que esta está sucediendo lo va a señalar tiempo y la evolución del niño, una vez los padres empiecen a trabajar con firmeza en las normas básicas para el buen dormir del niño.
 
Si la situaciòn presentada se debe a los errores cometidos por los padres, lograràn corregir el entuerto si con firmeza se establecen una meta y siguen meticulosamente los pasos que se hayan  establecido para la consecuciòn de esta meta. Si por el contrario, el niño presenta insomnio infantil, son poco los avances que van a ir observando en la soluciòn del problema a pesar de ser fieles cumplidores de la rutina para el buen dormir, y van a tener que solicitar auxilio del pediatra y de un neuropediatra para poder inducir en el niño el sueño y ayudarlo al buen dormir y al necesario descanso.
 
A los nueve meses de edad, ya se han establecido con mucha firmeza en el niño los patrones de conducta familiar. A esta edad los niños son seres fàcilmente condicionables. Ellos aprenden e integran  muchos comportamientos por simple condicionamiento primario, y por la simple observaciòn. Màs adelante en la vida, es cuando integran formas complejas de aprendizaje. El condicionamiento simple es altamente efectivo, pero difìcil de alterar una vez està profundamente arraigado en nuestro ser. Es importante, que los padres aprendan a luchar para evitar que condicionamiento primarios negativos, influyan desfavorablemente en la educaciòn y formaciòn de los patrones de comportamiento inadecuado, que observen en sus hijos. No deben esperar para mañana. Deben comenzar hoy mismo, a cambiar aquello que le haga mal al niño. La tarea o va a ser fàcil.,van a encontrar gran resistencia por parte del niño.

 Los padres deben entender que el niño no debe continuar con este patrón de sueño nocturno. Comience por explicarle a la familia lo que está planteado realizar, en cuanto a las pautas que de ahora en adelante se van a realizar, para que el niño a más tardar a las nueve de la noche esté durmiendo en su cuna y que es lo que van a hacer cuando en la madrugada se levante llorando, y con gritos y llantos clame por la presencia de la madre en la habitación.



 
Mi hijo de 10 meses de edad se toma tres teteros de fòrmula en la noche.
 
A los 10 meses de edad no se deben tomar tres teteros de leche en la noche, inclusive no deberìan ni tomar un tetero de leche durante toda la noche. A esta edad, dos ingestas lacteas durante las 24 hora del dìa son suficientes para su correcto y saludable crecimiento, siempre y cuando se hayan introducido otras alimentos en la dieta diaria del nenè.
 
Este niño que toma tres teteros de leche durante la noche, esta anclado, amarrado a una fase del desarrollo que debiò superar meses atràs. Soltar las amarras no serà tarea fàcil. No solo su mente tiene incrustado el deseo compulsivo de comer mucho durante la noche, sino que todo su ser metabòlico, todo su funcionamiento interior clama como una necesidad inevitable por estos aportes extras e innecesarios de nutrientes.
 
Para resolver los padres la situaciòn en que se encuentran, deben comenzar por dar la leche màs diluida de lo habitual. En la medida en que se acostumbre el niño, que sigan diluyendo cada vez màs la leche, hasta que pràcticamente sea solo agua. Despuès, que le ofrezcan solo dos ingestas de agua en la noche, el llorarà por dos o tres dìas. Pronto entenderà que la noche no es para comer sino para dormir. Con esto, le habràn ayudado a no encharcar de grasa sus arterias, al crecimiento de su autoconfianza y al desarrollo de su capacidad de autocontrol.
 
 
Mi hijo no gana peso. No quiere comer. La ùnica forma de que tome la leche es en la noche mientras duerme.
 
Dormir y comer bien. Binomio de angustias, que en ocasiones se enfrentan para complicar mucho màs la compleja existencia de los padres.
 
En este binomio de angustia que se genera entre el comer mal y el mal dormir, termina ganando siempre el comer mal. Se termina sacrificando el buen dormir por el buen comer. En general a los padres no les importa tanto que no duerma el niño, siempre y cuando coma bien. Vemos inclusive en no pocas ocasiones, como se sacrifica cantidad por calidad. En la paranoia creciente, por que el niño coma suficiente cantidad, con facilidad se cae en la tentaciòn de darles de comer mientras estàn dormidos. Con esta pràctica, lo que los padres hacen es ofrecer al niño mayor cantidad de leche o complejos nutritivos hipercalòricos, lo que aumenta exageradamente el aporte de alimentos que el niño debe asimilar y digerir. Si el niño es de contextura delgada, lo que van a lograr es que tenga que quemar gran cantidad de calorias para poder integrar ese extra de nutrientes a su organismo, que empuja a su pequeño cuerpo a una situaciòn catabòlica, y contraria a lo que esperan va a perder peso.
 
La noche es para dormir. Los niños no deben comer dormidos. Problemas que van desde la obesidad en aquellos niños con esa tendencia, hasta la acidosis metabolica en aquellos de contextura delgada, por no señalar los problemas de caries y de mala oclusiòn dental.
 
 

                      Mi bebè se despierta  en la noche. Solo se duerme viendo la televisiòn.

Grave error al que se debe poner soluciòn inmediata. Los padres en algùn momento, en su desesperado agotamiento, al ver que su hijo no se dormìa se les ocurriò la idea de prender el televisor para ayudarlo a pasar las horas de la noche. O bien, no se sabe cuàndo, empezaron a dejarle dormir en su habitaciòn mientras ellos veìan la televisiòn. Se puede dar el caso, que durante el dìa, el niño pase largos perìodos de tiempo, en un lugar de la casa, en la que siempre estè encendiendo el televisor.
 
El niño no debe utilizar la televisiòn como un instrumento para inducir el sueño. Màs adelante, al ampliar su nivel de comprensiòn y de relaciòn con el mundo, en la madrugada al despertar, usarà la televisiòn como un distractor, un juego, y no va a querer dormir sino ver la televisiòn toda la noche.

Se debe empezar por identificar que fue lo que originò la distorciòn. En què momento y por què el niño se enganchò en esta situaciòn y empezo a dormir con el televisor encendido. Hay que identificar y erradicar la causa inicial. Una vez identificada la gènesis del problema y exterminado el mal hay que empezar por cambiar el televisor por algùn hecho que  se pueda controlar en frecuencia e intensidad, por ejemplo, el uso de la mecedora, el cargarlos o el cantarle. Al usar estos inductores del sueño, evitaràn que el niño se sobresalte al no tener absceso a la televisiòn y comience a llorar y gritar histèricamente.

Una vez que el niño no necesite el televisor  para dormir, comiencen a disminuir el perìodo de tiempo que se usa el inductor auxiliar, asì como la intensidad del mismo, hasta que su uso se haga pràcticamente imperceptible por  el niño. Cuando estè listo dejenlo solito. Que èl resuelva  su situaciòn y que empiece a dormir por cuenta propia.

 
Mi hijo tiene un año. Se sigue despertando tres y cuatro veces en la noche. ¿ Que hago?
 
En el caso de que la madre tenga un año trabajando adecuadamente para estimular el buen dormir de su hijo, y luego de doce meses de vida, el niño siga despertando tres o cuatro veces en la noche llorando, gritando y clamando por la presencia de la madre, y los padres necesitan pasar muchas horas de esfuerzo en dormir a su hijo en la noche sin tener exito, el niño va a necesitar ser evaluado por el neuròlogo infantil. Esta evaluaciòn es fundamental`para determinar si hay algùn rasgo de inmadurez persistente en el cerebro del niño, que no le permita integrar la informaciòn que los padres estàn emitiendo, de forma rutinaria, clara y consistente. existe un pequeño grupo de niños que estàn en esta situaciòn, que van a necesitar algùn tipo de inductor del sueño. los productos con capacidad de inducir el sueño son muy variados. Existen desde productos naturales hasta farmacològicos.
 
El darle inductores del sueño al niño, debe siempre ir acompañado de la persistente aplicaciòn de las normas y pautas para el buen dormir. Los inductores del sueño son los reforzadores de las normas y las pautas para el buen dormir, nunca hay que pensar al contrario. No se debe dejar caer sobre estos productos toda la responsabilidad y la carga del buen dormir del niño.
 
Debemos convencer a los padres para que confìen en la capacidad de sus hijos de superar la situaciòn por la que estàn pasando, utilizando el arsenal de herramientas que la naturaleza a colocado en su ser.
 
El que aprendan a dormir con disciplina e independencia, es uno de los tantos eslabones que los padres deben saber cerrar, para que la cadena de la existencia sea fuerte, y los niños sean capaces de soportar los sacudones que en la vida han de enfrentar.
 
 
 
 
Mi hijo se mueve mucho cuando duerme y llora dormido. No llega a despertar pero me parece que no descansa.
 
Debemos recordar que dormir no es un acto totalmente pasivo. Dormir es un hecho activo. El cerebro no està apagado como anteriormente se pensaba. El cerebro  cuando estamos dormidos trabaja,se ocupa de organizar gran parte de nuestra vida interior y para ello necesita energia.
 
Existen al dormir diversas fases por las que transitamos. En unas de estas fases estamos muy cerca de despertar, rozamos realmente el despertar y en ocasiones inclusive despertamos por segundos, para volver luego a quedarnos dormidos. en otras de estas fases del sueño, estamos en la profundidad de nuestro ser, extremadamente dormidos. Mientras màs cerca de despertarnos nos encontremos, muchos movimientos y sacudidas vamos a dar.
 
A tan corta edad, los niños no tienen sueños y pesadillas, el mundo onìrico no existe aùn.
 
Cuando un niño de apenas un año de edad se sacude en la cama, llora e inclusive emite sonidos que pudiesen parecer palabras, lo que realmente presenta es la expresiòn externa del transitar por la fase superficial del acto de dormir. Los padres, no se deben preocupar en este sentido. Todas esas manifestaciones corporales son completamente normales.
 
Algunos niños, frente a situaciones que agitan, mueven y desquebrajan el mundo familiar sobre el cual gravita toda su confianza y seguridad, pudiesen expresar durante el dormir mayor actividad corporal sacudièndose, gritando y llorando.
 
En la incapacidad de lospadres de reconocer que sus hijos estàn presentando un despertar nocturno o rozando este, radican el mayor nùmero de desajustes que presentan los niños. El no hacer las cosas correctamente conlleva a terminar de despertar al niño por completo.
 
 
 
Mi hijo solo se duerme en el piso. No logro hacer que se quede dormido en su cuna o en mi cama. ¿ Què puedo hacer?
 
Hay niños, que desde muy pequeños empiezan a dar señales inequìvocas, de que van a ser intensamente oposicionistas. ellos desde antes de aprender a decir no, saben con gestos y expresiones corporales enfrentar a sus padres, y a toda norma del convivir.
 
Lo màs comùn a tan corta edad, es que el niño exprese en todas las àreas de su cotidiana vida el oposicionismo que empieza a tomar fuerza en èl.
 
A tan corta edad, no entienden muchos razonamientos lògicos y sus respuestas èstan saturadas de emociones. Al ayudarlos e impulsarlos a hacer bien las cosas se su cotidianidad, como son el dormir, el comer, o el jugar logramos que consigan auto controlarse y mucha confianza en sì mismos. de no lograr autocontrol, la frustraciòn los frena, los atrasa, los corrompe y los lleva por derroteros que distorsionan las emociones en positivo que necesitan como fundamentos para una vida mejor y màs feliz. Es la emociòn de sentir la dicha de encontrar la armonìa de su cuerpo, que se entrelaza potenciando sus crecientes capacidades corporales y mentales, lo que los impulsa a ir haciendo las cosas cada vez mejor y mejor. Todo esto no es todavìa un acto de razonamiento lògico, si no una explosiòn de sensaciones en positivo que los conducen a ser excelente y a seguir creciendo y desarrollandose..
 
Los padres  no se deben enfrascar en grandes luchas titànicas, ni largos discursos explicativos. Insistir  en los rituales y normas del buen dormir, para al final colocarlos a dormir en su cuna y apagar la luz. Si la batalla es insoportable, dèjelos dormir en el suelo. Que no los pongan còmodos. Que  no les pongan almohadas ni frazadas. Que  quiten del suelo todo muñeco u objeto que haga su estadia en el piso atractiva. Hay que evitar que se enfrièn. Pronto entenderàn que no es el mejor lugar para dormir. Hasta que el niño tanga al menos 2 años, cualquier razonamiento lògico por convencerlos de no dormir en el piso es un esfuerzo inùtil. Sin embargo, nunca debemos dejar de hablarles y de decirles lo que corresponda.
 
  
 
Mi hijo tiene un año y sigue durmiendo en mi cama. ¿ Que puedo hacer?
 
Lo primero que deben hacer los padres es preguntarse si quieren que su niño siga durmiendo en su cama. Esta pregunta es fundamental, ya que el niño tiene un año de edad, y es muy probable que tenga mucho tiempo durmiendo con los padres. De ser asì, èl debe  tener establecido patrones de conducta muy fuertes que lo llevan a querer dormir con ellos. Cambiar estos patrones a esta edad, va a ser una tarea realmente titànica, que va a implicar fieros enfrentamientos  con el niño. Si no estàn seguros los padres de que el niño debe dormir en su habitaciòn solo o consideran que empezar a lidiar con la tarea de  cambiar el patròn de conducta fèrreamente incrustado en el bebè va a descontrolar demasiado su vida, es preferible que dejen para màs adelante el esfuerzo que va a implicar cambiar a esta edad este habito.
El niño de un año de edad no ha desarrollado su capacidad de intelectualizar, reflexionar o pensar sobre las cosas que le afectan. Es muy limitada su capacidad de cambiar por sì solo este tipo de situaciones, èl todavìa es un ser muy instintivo y emocional. Si me agrada y me ofrece emociones fuertes positivas lo hago. Si por el contrario, no me es agradable y no me ofrece emociones fuertes en positivo no lo hago.
Si los padres llegaron al año de edad con su hijo metido de cabeza en su cama para dormir, es muy dif`cil que ahora se enfrasquen en una lucha titànica por cambiar esa situaciòn. Deberàn esperar que el niño cumpla al menos dos años, para empezar a persuadir en base al razonamiento y al uso de los premios, el que el niño empiece lentamente a entender las bondades de dormir solito en su cuarto. Hay niños que antes de los dos años dan muestras inequìvocas de estar listos para internalizar e integrar mensajes,pero en general es difìcil de observar antes de los 18 meses de edad.
Es recomendable que los padres coloquen algunos lìmites al niño que duerme en su cama, no  permitièndoles desplazarse por toda la cama, pedir teteros mientras se encuentren encima de la cama, tampoco tomar la teta, jugar en las tardes sobre la cama, brincar sobre esta o ver la televisiòn. Aunque vaya a dormir con los padres, hay normas que se deben cumplir en espera de la edad adecuada para empezar a erradicar este patròn.
 
 
Podemos darle algùn alimento a las once de la noche, para ver si pasa toda la noche sin despertar ni pedir tetero.

Cuando establecemos una rutina para inducir al niño en el buen dormir, esta debe finalizar colocando al niño a dormir solito en su habitaciòn y persuadirlo, convencidos de que es capaz, de quedarse dormido toda la noche por cuenta propia, sin necesidad de realizar grandes proezas para lograr dicho objetivo. Si esta es la meta, se debe evitar crear nuevos condicionamientos que alejen al niño y a los padres de este fin.

Debemos recordar, que el niño va a despertar durante la noche varias veces, que esto es normal, y es muy importante que aprenda a dormirse otra vez, al utilizar los recursos naturales de que dispone, sin necesidad de que los padres intervengan mayormente en ello.

A esta edad, el niño no necesita tomar leche a las once de la noche. Esto incrementa innecesariamente el nùmero de calorìas ingeridas, con el riesgo de estar edificando las bases de un futuro niño obeso. Los teteros nocturnos dilatan el estomago haciendo al niño insaciable, por lo que empezarà a tomar, cada vez màs volùmenes de alimentos. La leche tiene gran cantidad de grasa, la que empieza a acumularse en las arterias cuando se ingiere en demasìa, siendo la gènesis de futuras enfermedades cardiovasculares.

Cuando damos leche u otro alimento en la noche al niño, se les debe cepillar los dientes, lo que difìcilmente se va a realizar a las once de la noche. El cepillado de dientes a horas avanzadas de la noche interrumpe el buen dormir del niño.